Los ancianos emperadores de Japón, Akihito y Michiko, visitaron hoy en Tokio a centenares de refugiados en el centro Tokyo Budokan, por primera vez desde el devastador seísmo y el tsunami que asolaron la costa noreste del país.

Allí están alojadas unas 300 personas que fueron evacuadas en las provincias de Fukushima, Miyagi e Iwate debido al terremoto y posterior tsunami del pasado día 11, que causaron 11.258 muertos y 16.344 desaparecidos, según el último cómputo policial.

Vestidos más informalmente que de costumbre y en tonos oscuros, el emperador, de 77 años, y la emperatriz, de 76, recorrieron el refugio temporal y departieron con algunas familias.

Según la cadena de televisión TBS, Akihito preguntó a un damnificado si estaba cansado o podía dormir, y también si su familia se encontraba bien.

Este tipo de visitas ya las realizaron los emperadores de Japón unas dos semanas después de los terremotos de Kobe en 1995 y Niigata en 2004.

Los monarcas nipones tienen además previsto visitar en algún momento la zona afectada por el desastre natural más grave que ha vivido Japón, aunque aún no se ha concretado la fecha ya que todavía se desconoce la situación en las zonas más remotas.

El pasado día 16, cinco días después del terremoto, Akihito se dirigió a los japoneses en el primer mensaje por televisión de sus 22 años de reinado para infundirles ánimo y pedir que se ayuden unos a otros para superar la mayor crisis de Japón tras la II Guerra Mundial.

En aquel mensaje, les instó a mantener la calma y no abandonar la esperanza, al tiempo que se mostró "profundamente preocupado" por la situación de la planta nuclear de Fukushima, donde desde que ocurrió el seísmo se trabaja para controlar las filtraciones radiactivas de sus reactores.