Los partidos de la izquierda minoritaria y el BNG acusaron hoy al jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, de asumir el programa económico de la derecha y de aceptar, en sus compromisos con Europa, cambios en materia presupuestaria o salarial que pueden acabar con la cohesión social.

También le reprocharon su acercamiento al poder empresarial y su posición de seguir "al dictado" las políticas neoliberales que marcan "quienes mandan" en Europa: Alemania y Francia.

Así definió el portavoz de ERC, Joan Ridao, la "estampa" del Gobierno de Zapatero en Bruselas, al pasar "de querer refundar el capitalismo" a hacer un "seguidismo canino" a lo que dictan la canciller alemana, Angela Merkel, o el presidente francés, Nicolás Sarkozy.

Ridao dijo que con la nueva reforma de la ley de estabilidad presupuestaria el Gobierno vuelve a la "idea recurrente de cargarle el muerto a las comunidades autónomas", e insistió en que el "dogmatismo" que predica la UE por la austeridad "amenaza la cohesión social y el bienestar".

También advirtió de que Esquerra se opondrá a otra disciplina "no menos férrea" que la fiscal promovida por la UE, la de los salarios, y sobre el plan contra el empleo sumergido pidió que se pondere a quién se va a perseguir, "si al hambriento o al delincuente".

La portavoz de ICV, Nuria Buenaventura, rechazó los resultados del Consejo, que ha protagonizado, a su juicio, una nueva "ofensiva neoliberal" y acusó a Zapatero de "arrodillarse" ante las "recetas más rancias", que suponen recortar los salarios y crear un Estado "anoréxico".

"Se vuelve a hacer la foto al lado de quienes recortan derechos en Europa y al lado de los poderosos en la Moncloa", denunció Buenaventura para reprochar a Zapatero también la reunión que celebró el pasado fin de semana con los principales empresarios del país, "sus nuevos asesores económicos".

Francisco Jorquera, portavoz del BNG, lamentó que el presidente haya asumido el "discurso económico de la derecha", como lo demuestra el hecho de que el líder del PP, Mariano Rajoy, ha anunciado su apoyo a todos los compromisos alcanzados en Bruselas.

Advirtió de que su partido no apoyará la mayoría de las reformas comprometidas, en especial los cambios en materia de estabilidad presupuestaria o una reforma de la negociación colectiva que pretenda "debilitar la posición negociadora de los trabajadores".

Rosa Díez, de UPyD, afeó a Zapatero lo que consideró como "una falta de respeto" a la Cámara y a los ciudadanos al reunirse el sábado con los grandes empresarios y los banqueros para informarles del Consejo Europeo antes que a nadie.

En cualquier caso, ha echado en falta "dos ausencias clamorosas" en la reunión de Bruselas: la carencia de una política fiscal europea y "la total falta de atención" a los problemas sociales derivados de las medidas "de caballo" que se han tomado para reducir el déficit y cuyo coste social España está "a punto" de no poder pagar.

Ana Oramas, de Coalición Canaria, fue muy crítica con los resultados del Consejo y opinó que será recordado por la "improvisación" de la política europea en África y por un Pacto del Euro que no ayuda sino que presta dinero a intereses muy altos y que, para rescatar a un país en dificultades, le exige primero que se "empobrezca" con la aplicación de duros recortes.

Carlos Salvador, de UPN, destacó el hecho de que Zapatero se haya visto obligado a cambiar el rumbo de sus políticas y esté contando con la "acomplejada complicidad" del Partido Popular en sus medidas económicas.

El portavoz del PSOE, José Antonio Alonso, arremetió contra el PP por comportarse como la peor derecha "posible" al no contribuir con el Gobierno a remontar los problemas, además de valorar los pasos que ha dado el Consejo en su última reunión para afrontar futuras crisis y defender "nuestro modelo" de bienestar social.