El Gobierno Bachar el Asad intenta seguir con su estrategia de frenar las protestas que se vienen celebrando desde hace semanas en varios puntos del país. Este fin de semana, a través de la consejera de El Asad Buthayna Chaabane, que se ha presentado como la cara amable del régimen y portavoz ante la prensa, se ha reconocido que el Gobierno levantará el estado de emergencia impuesto tras el golpe de Estado de 1963.

Buthayna, que no ha detallado el calendario para ejecutar la medida, ya adelantó durante una rueda de prensa la semana pasada que estaban estudiando la derogación de esta norma, junto a otras reformas destinadas a frenar la corrupción y elevar el sueldo a los funcionarios.

Sin embargo, el Gobierno no ceja en llevar a cabo gestos que interpreta como medidas que pueden llevar a aplacar la revuelta, como el sábado, cuando decidió liberar a 260 presos islamistas. La medida no surtió efectos, y solo consiguió que las protestas se extendieron a la zona costera del país.

Por ello, los enfrentamientos entre los detractores al régimen y sus simpatizantes y fuerzas de seguridad siguen arrojando cada día más víctimas mortales. Al menos doce personas han fallecido en los últimos dos días en la ciudad siria de Latakia, según la agencia oficial de noticias siria SANA.

La agencia explicó que entre las víctimas hay policías y civiles, así como dos "hombres armados", que junto a otros desconocidos, según Sana, dispararon a la población, en distintos barrios de Latakia.

El sábado, varios testigos informaron de que al menos cuatro personas habían muerto en esta ciudad mediterránea y de que más de cien habían resultado heridas durante una manifestación en favor de reformas políticas. Según aseguraron fuentes oficiales que prefirieron mantenerse en el anonimato, el Ejército ha sido desplegado en la ciudad y mantiene el control.

SANA agregó que unas cien personas, en su mayoría agentes de seguridad, resultaron heridas y que "los hombres armados" atacaron edificios y propiedades públicas y privadas, así como centros comerciales, un hospital y varias ambulancias, cuyos ocupantes fueron agredidos.

Testigos aseguraron el sábado que la sede del gobernante partido Baaz fue quemada por manifestantes. Asimismo, la agencia agrega que la población de Latakia colaboró con las fuerzas de seguridad informando sobre el lugar en el que se hallaban los supuestos "hombres armados".

Por otra parte, testigos han informado que la situación en la ciudad meridional de Deraa, escenario de numerosas manifestaciones, está en calma. Desde mediados de este mes, una 70 personas han fallecido en protestas que han estallado en localidades del norte y el sur.