Los rebeldes libios se encuentran en las inmediaciones de la ciudad de Briga, en su camino hacia el oeste, después de recuperar ayer el control de Ajdabiya tras su victoria contra las fuerzas del líder de Libia, Muamar el Gadafi.

Según el portavoz de los revolucionarios Muhamad Mergirby en Bengasi, epicentro del levantamiento, al cierre de esta edición los rebeldes estaban a unos 20 kilómetros de Briga y se esperaba que llegaran allí "a última hora de la noche o a partir de la madrugada".

Tras la recuperación en la mañana de ayer de la estratégica localidad de Ajdabiya, 260 kilómetros al suroeste de Bengasi, los rebeldes están despejando el camino hacia Briga, aunque "no se están registrando enfrentamientos".

Briga es un importante enclave petrolero que está situado a cerca de 70 kilómetros al oeste de Ajdabiya y a unos 240 al suroeste de Bengasi, la segunda ciudad de Libia y la más importante en poder de las fuerzas de la oposición.

Las fuerzas antigubernamentales retomaron ayer el control de Ajdabiya, 160 kilómetros al suroeste de Bengasi, tras ocho días de contraofensiva contra los partidarios de Gadafi.

El portavoz militar de los rebeldes, coronel Ahmad Omar Bany, calificó la jornada de ayer como "un gran día en la historia de Libia" tras la recuperación de Ajdabiya.

Bany explicó que intentaron negociar en dos ocasiones con las fuerzas de Gadafi para que se rindieran, pero "siempre rechazaron entregar sus armas", así que los rebeldes optaron por continuar atacando.

Al contrario de lo que se había informado con anterioridad, los seguidores progubernamentales no se rindieron con lo que "o bien huyeron, o murieron en los ataques o han sido hechos prisioneros", dijo Bany.

"El dictador no sabe tratar con la gente, así que nosotros le enseñaremos", se jactó el coronel en una abarrotada rueda de prensa en uno de los hoteles de Bengasi.

El portavoz castrense rechazó ofrecer el saldo de víctimas y de prisioneros hechos por los rebeldes durante los ocho días de contraofensiva, a la espera de recopilar todos los datos.

Tampoco quiso dar detalles sobre la estrategia seguida para retomar Ajdabiya y se limitó a decir que hubo una "doble acción":

"Por un lado estaban los bombardeos de las fuerzas de la coalición internacional contra objetivos especiales, y luego estaba la fuerza de voluntarios que se consolidaba sobre el terreno", precisó.

Bany recordó que, "aunque el precio de la libertad no es barato", los revolucionarios están dispuestos a "liberar" las ciudades del oeste de Libia. Para celebrar la victoria en Ajdabiya, centenares de personas se congregaron a última hora de la tarde en la plaza de los juzgados de Bengazi.

Muchos acudieron pertrechados con banderas tricolor -rojo, negro y verde- de la época monárquica y, además, podía verse alguna enseña española, catarí y francesa, entre otras.

Zintan y Misrata

Frente a la recuperación de Ajdabiya y la alegría en Bengasi, contrastaba ayer "el panorama de desesperación" en el que se encuentran Misrata, 200 kilómetros al este de Trípoli, y Zintan, en el oeste del país, según Bany.

Esas dos ciudades "viven una situación humanitaria miserable", destacó el coronel Bany, quien indicó que Zintan fue bombardeada con artillería por los leales a Gadafi. "Además hay francotiradores y no hay agua, ni electricidad, ni provisiones", remarcó.

Poco después, los ataques aéreos de la coalición internacional sobre las fuerzas de Gadafi que sitian desde hace una semana la ciudad de Misrata, aislada entre Trípoli y Sirte, consiguieron detener el bombardeo que mantenían sobre la población, según informó el canal árabe Al Arabiya. No obstante, el portavoz de los revolucionarios en esta localidad, Mustafá Geriani, aseveró que Hay cientos de heridos que están murieron en los hospitales porque no están recibiendo tratamiento".

Entre tanto, las fuerzas aéreas francesas destruyeron cinco aviones de combate Galeb del líder libio, Muamar el Gadafi, y dos helicópteros de combate MI-35 "que se disponían" a entrar en acción en Misrata, informó ayer el Ministerio de Defensa galo.

Por su parte, el avión español de vigilancia marítima CN-235, que participa en el dispositivo de la OTAN, realizó en la tarde de ayer su primera misión, que se desarrolló "sin incidencia", según informó el Ministerio de Defensa en un comunicado.

El avión despegó de la base italiana de Decimomannu, al sur de la isla de Cerdeña, poco después de las 14.00 horas, estuvo unas cuatro horas realizando la misión de vigilancia, y regresó a la base en torno a las 20:00 horas.

"No a la guerra"

Por otro lado, simpatizantes de izquierda reeditaron en las calles del centro de Madrid el grito de "No a la guerra" para exigir al presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, que se desmarque de la intervención militar en Libia, "una agresión de cuyas futuras consecuencias será responsable directo", según el manifiesto leído durante la protesta.

Convocados bajo lemas como "Solidaridad con los pueblos árabes" y "Ni dictaduras ni imperialismo", unos 2.500 manifestantes, según agentes de Policía, y más de 10.000, de acuerdo con los organizadores, recorrieron el trayecto de la Plaza de Cibeles a la Puerta del Sol unidos por el rechazo a una intervención que creen motivada por el objetivo real de controlar el petróleo libio.

En el Reino Unido, el ministro de Justicia, Kenneth Clarke, advirtió de que el líder libio, Muamar al Gadafi, puede perpetrar otro atentado similar al de Lockerbie (1988) como represalia contra los británicos por su participación en la misión militar internacional en Libia.

Clarke señala que los ingleses recuerdan la "maldición de Gadafi" cuando una bomba colocada en una maleta explotó en un avión de Pan Am que sobrevolaba sobre la localidad escocesa de Lockerbie, en diciembre de 1988, atentado en el que murieron 270 personas y que fue atribuido al régimen libio.

El presidente de EEUU, Barack Obama, insistió ayer en que el papel de las fuerzas norteamericanas en el conflicto libio ha sido limitado. Además, dijo a los líderes del Congreso que no hay planes para usar el poder militar para asesinar al líder libio, pese a la voluntad de la Casa Blanca de cambiar el régimen en el país norteafricano.

Por su parte, el embajador ruso ante la OTAN, Dimitri Rogozin, advirtió de que cualquier operación militar terrestre de tropas extranjeras en Libia sería considerada una "ocupación" del país norteafricano puesto que contraviene lo estipulado por la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU.

Mientras, Italia presentará en la cumbre que el próximo martes reunirá en Londres a los ministros de Exteriores de la coalición contra el régimen del dictador libio un "plan de acción" alternativo al que elaboran Francia y Reino Unido para definir una solución política a la crisis.