La oposición siria protagonizó ayer nuevas protestas en varias ciudades del país que fueron especialmente sangrientas en el sur, donde murieron decenas de personas por choques con las fuerzas de seguridad, según testigos.

Aunque no hay una confirmación independiente, la cadena catarí Al Yazira informó de que veinte personas fallecieron ayer al reprimir las fuerzas de seguridad una manifestación en la ciudad de Sanamein, unos 50 kilómetros al sur de Damasco.

La protesta comenzó después de las oraciones del mediodía del viernes, la celebración religiosa semanal más importante para los musulmanes, cuando activistas de la oposición comenzaron una marcha en solidaridad con las víctimas de la ciudad sureña de Deraa.

Deraa, unos 100 kilómetros al sur de Damasco, fue escenario en los últimos días de una dura represión policial contra manifestantes de la oposición que se cerró con decenas de muertos, la mayoría de ellos durante el miércoles pasado.

Según dos residentes de Sanamein contactados por teléfono por Al Yazira, la manifestación que se desarrolló en esa ciudad fue pacífica, pero agregaron que, aun así, la Policía decidió usar fuego real para dispersar a los participantes en la protesta.

Derribo de una estatua

Los disturbios registrados a primera hora de la tarde se extendieron también a Deraa, donde, según Al Yazira, una persona murió por nuevos choques con fuerzas de la seguridad cuando los manifestantes destruyeron una estatua del presidente Hafez al Asad (1971-2000), padre del actual gobernante, Bashar al Asad.

Ese choque se produjo después de que tuviera lugar en Deraa una manifestación pacífica en la que participaron miles de personas y en la que se rindió homenaje a los activistas de la oposición fallecidos en esa ciudad en los últimos días.

Deraa, cerca de la frontera con Jordania, había amanecido ayer con un ambiente de tensión, pero sin la presencia de fuerzas policiales, que optaron inicialmente por replegarse para evitar enfrentamientos con los activistas de la oposición.

Las fuerzas de seguridad estaban apostadas a las afueras de la localidad e interrogaban a quien quería entrar a ella, pero dentro de Deraa Efe no vio policías ni tropas del Ejército, por lo menos hasta primeras horas de la tarde.

En la mezquita Al Omari, en una plaza de Deraa bautizada como Plaza de la Dignidad por los manifestantes de la oposición, el imán que dirigió las oraciones pidió calma a la fieles y dijo que la violencia vivida aquí los días pasados es desconocida para el país.

Después del acto religioso comenzó una procesión con los féretros de tres de las víctimas de los últimos días, mientras los participantes, algunos de ellos portando pancartas pidiendo el final de la ley de emergencia (en vigor desde 1962), coreaban eslóganes contra la corrupción.

La calma se rompió horas después, cuando algunos manifestantes derribaron la estatua de Hafez el Asad, lo que derivó en la intervención policial.

Una portavoz del Ministerio de Información de Siria, Reem Hadad, dijo a la cadena Al Yazira que la Policía tenia órdenes de no disparar contra manifestantes, siempre y cuando las protestas sean pacíficas.

Sin embargo, dijo que en ese tipo de manifestaciones puede haber "grupos armados" interesados en desatar un enfrentamiento con fuerzas policiales.

"No se puede pedir a las fuerzas de seguridad que no hagan nada en esos casos, porque si no, se genera un estado de caos", agregó Hadad.