El presidente chino, Hu Jintao, reconoció ayer que los derechos humanos en China "aún encaran muchos desafíos y aún hay mucho por hacer", si bien matizó que se han logrado "enormes progresos" en ese área.

Hu habló así durante una rueda de prensa en la Casa Blanca junto al presidente estadounidense, Barack Obama, con quien se reunió ayer por espacio de dos horas en el marco de la visita del jefe de Estado de la República Popular a Washington.

Según declaró el presidente chino, su país "siempre está comprometido con la promoción de los derechos humanos" y éstos siempre han figurado en la conversación en las ocho ocasiones en que se ha reunido a lo largo de los últimos dos años con el presidente estadounidense.

"China reconoce los derechos humanos universales", aseguró, si bien matizó que es necesario "tener en cuenta las diferentes circunstancias de los países" y China es un país en desarrollo con una inmensa población.

Según Hu, "continuaremos los esfuerzos para seguir mejorando las vidas de los ciudadanos chinos, el Estado de Derecho".

"Continuaremos nuestros intercambios con otros países sobre derechos humanos y continuaremos aprendiendo de otros las buenas prácticas", prometió el presidente chino.

No obstante, no mencionó en ningún momento a los presos políticos en su país, como el premio Nobel de la Paz, Liu Xiaobo, o las reclamaciones sobre Tíbet.

Previamente, el presidente estadounidense había reiterado su llamamiento a que China respete los derechos humanos universales para "todas las personas", algo que aseguró que beneficiará no sólo a ese país sino a todos el mundo.

En este sentido, Obama instó al Gobierno en Pekín a dialogar con el Dalai Lama, el líder espiritual tibetano, y sus representantes.

"EEUU sugiere el diálogo entre China y el Dalai Lama para resolver las diferencias sobre la preservación de la identidad religiosa del pueblo tibetano", dijo.

En su conversación de ayer en el Despacho Oval, Obama y Hu dedicaron buena parte del tiempo a analizar la ingente relación económica entre los dos países, y los desacuerdos en torno a la cotización del yuan y el acceso de las empresas estadounidenses al proceso de licitaciones públicas en China.

Así, Obama subrayó que el yuan se encuentra aún "por debajo de su valor" real y consideró que China debe acelerar el ritmo de su apreciación con respecto al dólar, algo que consideró que representará un "poderoso instrumento" para fomentar la demanda interna y luchar contra la inflación.

Obama aseguró que, contra la percepción que existe entre muchos en China, EEUU no sólo no se opone sino que da la bienvenida a "un crecimiento pacífico" de la República Popular.

Acuerdos

Obama y Hu Jintao se comprometieron a trabajar para hallar un terreno común, después de que ambos países anunciaran diversos acuerdos valorados en unos 45.000 millones de dólares (33.320 millones de euros).

Con el fin de exhibir los beneficios de las relaciones económicas, ambos países alcanzaron acuerdos sobre exportaciones valorados en unos 45.000 millones de dólares, que incluyen la compra por parte de China de 200 aviones Boeing, dijo un alto funcionario estadounidense.

"Pese a que nuestras naciones compiten en algunas áreas, podemos cooperar en otras", dijo Obama. "Tratemos de aprovechar estas posibilidades juntos", agregó.

Algunos en Washington y Pekín están tratando a la cumbre como una prueba de cuán bien pueden trabajar ambas potencias juntas, mientras las ambiciones de China crecen al ritmo de su rápida expansión económica.

La secretaria de Estado, Hillary Clinton, instó a China a una mayor cooperación para enfrentar el programa nuclear de Corea del Norte y "su comportamiento provocador", y señaló que el Gobierno estaba presionando a Pekín "muy fuerte" para que cumpla con las sanciones de la ONU contra Irán.