Juan Sebastián Estornell, el joven mallorquín que junto con su novia regresó hoy de Túnez tras varios días "atrapado", ha relatado que pasaron "miedo" porque al arreciar los disturbios pensaron que les podía "pasar cualquier cosa", pero ha afirmado que volvería a hacer turismo al país magrebí.

Cansado tras pasar ayer catorce horas en el aeropuerto de la capital tunecina esperando hasta que esta madrugada partieron rumbo a Madrid en un vuelo de Tunisair, Estornell ha relatado su experiencia, marcada por la incertidumbre y por la falta de información sobre sus expectativas de regreso a España.

Este camarero de 22 años viajó a Túnez junto a su pareja, Sonia Moreno, de 25, el lunes 10 de enero con la perspectiva de pasar diez días de vacaciones, pero ya el miércoles de la semana pasada la excursión que les llevaba al Sáhara se frustró de camino al desierto porque los guías del tour operador con el que contrataron el viaje, Iberojet, consideraron que era arriesgado continuar.

"Ahí empezamos a preocuparnos un poco", ha contado Estornell, que con el resto del grupo fue devuelto al hotel en que se alojaban, situado en un complejo turístico costero del golfo de Hamamet, a una hora de viaje de la capital del país africano.

Ya el día 13, cuando su guía les había comunicado que todas las excursiones quedaban canceladas y que esperaba información sobre su posible salida de Túnez, Juan Sebastián y Sonia salieron a pasear por el entorno de su establecimiento y se encontraron a "los dueños de los negocios sacando todas las cosas de valor, precintando los cristales, afilando machetes, con palos...".

"Nos empezamos a asustar y nos avisaron de que nos fuésemos para el hotel, que podía empeorar la cosa", indicó el joven, que se sintió muy inseguro hasta que supo que una patrulla del ejército vigilaba la zona una vez los militares se hicieron cargo de la seguridad tras la declaración del estado de excepción.

Estornell ha reprochado a Iberojet la falta de información y la incomunicación que sufrió el grupo de turistas del que formaba parte desde el viernes hasta la mañana del domingo, cuando un autobús les recogió en el hotel y les llevó al aeropuerto, aunque allí tampoco supieron cuándo iban a volar hacia España hasta altas horas de la noche.

Los turistas mallorquines encontraron el aeropuerto atestado, con personas que buscaban desde hacía dos o tres días una oportunidad para salir de Túnez, y además sin servicios de cafetería para poder disponer de comida y bebida.

"Había un colapso en el aeropuerto increíble y empezaron a haber enfrentamientos. Cuando llegó la hora del toque de queda escuchamos disparos, pero precintaron el aeropuerto para que nadie entrara ni saliera, y más o menos estábamos bien. Toda una odisea", ha explicado el joven.

Sin embargo, también ha querido puntualizar que "no todo ha sido malo" porque "la gente de allí es muy buena y agradecen cuando ven a un turista porque hay mucha pobreza. Volvería. Es precioso".

Finalmente, Estornell se ha quejado de que cuando han llegado a Madrid nadie de Iberojet les esperaba y han encontrado cerrada la oficina de esta empresa, por lo que han tenido que buscar por su cuenta un hotel donde pernoctar hasta que el próximo miércoles tomen el vuelo de regreso a Mallorca.