El ministro bielorruso de Exteriores, Sergei Martynov, ha asegurado que su país responderá con medidas similares si Polonia finalmente cierra sus fronteras al presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, y a su gabinete, tal y como se anunció tras los recientes disturbios en la ex república soviética.

"Si se toma esa decisión se tratará de algo muy desafortunado, y Polonia deberá ser consciente de que nosotros no tendremos otra opción que actuar con reciprocidad", explicó Martynov desde Bruselas en declaraciones que recogen hoy los medios polacos.

El Gobierno de Polonia anunció días atrás su intención de vetar la entrada en su territorio a Lukashenko, como respuesta a las medidas represivas ordenadas por el líder del país vecino contra la oposición y activistas por la democracia durante las pasadas elecciones presidenciales del 19 de diciembre.

"Esta decisión es un claro símbolo de la solidaridad polaca con el pueblo de Bielorrusia", justificó entonces el portavoz del Ministerio de Exteriores polaco, Marcin Bosacki.

Pero para el jefe de la diplomacia bielorrusa, la prioridad en este momento debe ser reforzar las relaciones bilaterales entre los dos países que, recordó, comparten "amplios lazos".

Martynov subrayó que Polonia es "un importante socio para Bielorrusia, con intereses comunes en muchos campos como la diversificación energética o la lucha contra el crimen organizado".

Mientras Europa mira con recelo a Alexander Lukashenko, quien gobierna Bielorrusia desde 1994, reelegido con casi el 80 por ciento de los votos en los comicios presidenciales del 19 de diciembre, en unas elecciones en las que siete de los diez candidatos de la oposición fueron detenidos por la policía y los servicios secretos.

Tras su victoria, el mandatario, quien llegó a ser considerado por EEUU como el último dictador de Europa, tachó a los detenidos de "traidores" y acusó a Occidente y a Rusia de financiar los disturbios.

Además de los candidatos arrestados, otros 700 activistas, algunos de los cuales mostraron violentamente su desacuerdo con los resultados electorales, fueron detenidos, entre ellos treinta periodistas.