El ministro de Finanzas en funciones belga, Didier Reynders, ha propuesto la constitución de un gobierno provisional con competencias limitadas para mitigar el nerviosismo de los mercados ante la falta de Ejecutivo, más de seis meses después de la celebración de elecciones anticipadas.

Reynders aboga por que este Ejecutivo provisional funcione hasta el verano y tenga capacidad para tomar medidas urgentes en el terreno económico y la reducción del déficit público, según publican hoy varios diarios flamencos.

El ministro, que también preside el partido liberal francófono MR, hace esta proposición ante una evolución de los mercados que considera "inquietante" para Bélgica.

"Por ello, debemos trabajar en los próximos días para crear un Gobierno, con un programa limitado, que arregle las cuestiones presupuestarias y puede que algunos otros problemas urgentes, como el asilo y la inmigración", según una entrevista a "Laatste Nieuws".

El ministro de Finanzas en funciones apuesta por que sea el propio Gobierno en funciones el que asuma este papel provisional, aunque para ello debería llegar a acuerdos con los soberanistas de la N-VA, que son los que ganaron las elecciones en Flandes.

Por último, Reynders considera que si no hay acuerdo en junio, podría ser necesaria la celebración de nuevas elecciones anticipadas.

Reynders, cuya formación no participa en las negociaciones para formar Gobierno, ya alertó en diciembre pasado de la necesidad de tomar decisiones en el terreno económico cuanto antes, después de que la agencia de medición de riesgos Standard & Poor''s anunciara su revisión a la baja de la nota de Bélgica como consecuencia de la incertidumbre política.

Bélgica vive inmersa en esta crisis desde el pasado mes de junio, cuando se celebraron elecciones anticipadas y los principales partidos del país comenzaron las negociaciones para formar Gobierno, que hasta hoy no han tenido éxito.

Anteayer, el último mediador designado por el rey Alberto II para que buscar vías de solución a la crisis, Johan Vande Lanotte, presentó su dimisión al no conseguir que su hoja de ruta fuera aceptada por los partidos para reformar el Estado y formar un nuevo gobierno.