Roma vivió ayer una jornada de tensión, después de que dos personas resultaran heridas al estallar sendos paquetes-bomba en las embajadas de Chile y Suiza, cuya autoría se desconoce, aunque, según el ministro del Interior, Roberto Maroni, la pista lleva a grupos anarquistas.

"Las investigaciones siguen en curso, pero la pista que se sigue es la anarquista, ya que existen los precedentes de noviembre en varias embajadas en Grecia, país en el que al igual que en España e Italia existen grupos anarquistas estrechamente relacionados", dijo Maroni que añadió que las autoridades españolas y griegas colaboran desde hace tiempo con las italianas para afrontar a esos grupos, que dijo "son muy violentos".

Tras los atentados de ayer, la policía puso en alerta a todas las representaciones diplomáticas en Roma y reforzó los controles para evitar otros casos similares.

Asimismo, el Gobierno italiano, informó el ministro de Exteriores, Franco Frattini, envió una circular a sus embajadas en el extranjero para que aumentaran la cautela.

Frattini precisó que aunque se trataba de hechos "muy graves", "no hay que crear alarmismo".

El primer artefacto explosivo estalló al mediodía en la embajada de Suiza, al abrir un paquete un funcionario, de 53 años, que resultó herido de gravedad en las dos manos, por lo que tuvo que ser ingresado en el Policlínico Umberto I.

El embajador helvético, Bernardino Regazzoni, informó de que no se teme por su vida, aunque, según fuentes hospitalarias puede perder una mano. El funcionario sufre lesiones en la mano y en el cuerpo causadas por fragmentos de metales que estaban en el paquete-bomba.

Dos horas más tarde, un artefacto similar explotó en la embajada de Chile, dejando herido al funcionario de la legación Cesar Mella, de 50 años, cuando procedía a abrir el paquete.

La explosión le causó heridas en la cara y en el vientre, pero el funcionario pudo subir por su propio pie a la ambulancia que lo llevó al Umberto I, según confirmaron a Efe fuentes de la embajada. Mella puede perder dos dedos de una mano.

La tensión aumentó cuando pocos minutos después se denunció la presencia de una carta sospechosa en la embajada de Ucrania. Artificieros de la policía italiana pudieron comprobar que se trataba de una felicitación navideña. También ayer fueron entregados a la policías cartas sospechosas llegadas a las embajadas de Eslovenia y Estonia, que tras ser abiertas por los artificieros no contenían nada peligroso.

Del mismo modo, se produjo una falsa alarma de bomba en un edificio del Ayuntamiento de Roma, tras recibir una llamada que avisaba de la presencia de un explosivo. La Fiscalía de Roma ha abierto una investigación por atentado con fines terroristas.

Entre tanto, el primer ministro, Silvio Berlusconi, anunció que analizaría la situación con el ministro de Interior.

Frattini envió un mensaje al embajador de Chile en Italia, Oscar Godoy, en el que le expresó su "más firme condena por el vil atentado" y le deseó la rápida curación del funcionario.

A su vez, le prometió que Italia "no ahorrará esfuerzos" para detener a los criminales y entregarlos a la justicia.

Godoy calificó el hecho de "acto terrorista absolutamente irracional y brutal" y señaló que no entendía "porqué hemos sido atacados de este modo", pues en la legación nunca se había recibido una amenaza o información que les hiciera pensar que podían estar en la mira de actos hostiles.

Igualmente, Fattini envió un mensaje al embajador de Suiza, en el que le expresó su solidaridad "ante un deplorable acto de violencia que merece nuestra más firme condena".