El liberal Bronislaw Komorowski ganó ayer por estrecho margen, según los sondeos a pie de urna, las elecciones presidenciales polacas frente el conservador Jaroslaw Kaczynsky, pero la celebración se retrasará hasta hoy, cuando se ofrezcan los resultados oficiales y se confirme su ajustada victoria.

"La mayor botella de champaña va a esperar, porque puedo ver que estamos casi empatados, pero aún así tenemos razones para el orgullo y la alegría", dijo Komorowski después de conocer los resultados de las encuestas, mientras sus seguidores coreaban su nombre en una explosión de alegría.

Kaczynski, por su parte, asumió la derrota y felicitó a Komorowski, aunque pidió a los responsables del recuento de votos que hicieran su labor minuciosamente ante lo ajustado del resultado y la posibilidad de que pudiesen llegar a serle favorable.

"Si este resultado se confirma en el recuento, será una elección buena y segura para los polacos", afirmó el primer ministro, el también liberal Donald Tusk, quien venía reiterando la importancia de votar por Komorowski para asegurar una buena cohabitación entre la presidencia y el ejecutivo, para dar continuidad a las reformas iniciadas por su Gabinete.

La cadena de televisión pública TVP señaló, tras el cierre de los colegios, que Komorowski ha ganado la segunda vuelta de las presidenciales con un 53,1 por ciento de los apoyos, mientras que su rival, el conservador Jaroslaw Kaczynski, habría alcanzado un 46,9 por ciento.

Por su parte, según la cadena privada TVN24 el candidato liberal se ha impuesto con el 51 por ciento de los votos, mientras que Kaczynski estaría cerca del 49 por ciento, una escasa diferencia que hace necesario esperar al anuncio oficial de los resultados finales, previsto para hoy.

Kaczynski apareció rodeado de sus partidarios, algunos vestidos con trajes folclóricos polacos, y de su sobrina Marta, hija de su hermano gemelo y anterior presidente, Lech Kaczynski, fallecido el pasado 10 de abril en un accidente de avión junto a las 95 personas de su séquito.

"Ahora hay que movilizarse y prepararnos para las Parlamentarias", dijo Jaroslaw Kaczynski, mientras los congregados, entre ellos mucha gente joven, coreaban su nombre.

"Ser vencidos, pero no rendirse", afirmó el político conservador recordando una cita del artífice de la independencia polaca en 1918, Jozef Pilsudski, mientras llamaba a luchar por las próximas elecciones parlamentarias.

Analistas como el profesor Andrzej Richard mostraron su sorpresa por la contención de Komorowski, quien evitó mostrarse exultante hasta no conocer el escrutinio final, y la actitud de Kaczynski, que admitió inmediatamente su derrota felicitando al ganador. Los dos candidatos ya se enfrentaron en la primera vuelta del pasado 20 de junio, cuando Komorowski fue también el más votado, con el 41 por ciento de los votos, frente al 36 por ciento que obtuvo Kaczynski, y al 13 por ciento que apoyó al líder de la Alianza Democrática de Izquierdas, Grzegorz Napieralski.

Como ninguno de los diez candidatos que entonces pretendían hacerse con la presidencia de Polonia logró hacerse con la mayoría absoluta, fue necesario convocar una segunda vuelta en la que ya sólo se midieron los dos más votados.