Un gran homenaje oficial se celebrará este sábado en Varsovia en memoria de las 96 víctimas del accidente aéreo conocido ya como tragedia de Smolensk, en el que también perdió la vida el presidente de Polonia.

El presidente del Senado polaco, Bogdan Borusewicz, anunció ayer que la ceremonia tendrá lugar en Varsovia, junto a la Tumba al Soldado Desconocido, y que, en el caso de que las inclemencias del tiempo impidieran un homenaje al aire libre, éste se trasladaría a la catedral de San Juan.

Borusewicz comentó que, tras el homenaje, se celebrarán los funerales por las distintas víctimas, en algunos casos en otras localidades de Polonia, de donde procedían originariamente, pero no aclaró cuándo será el sepelio de la pareja presidencial.

Los ciudadanos polacos, que siguen acudiendo al palacio presidencial, podrán despedirse de su presidente y su esposa, cuyos ataúdes cerrados serán expuestos juntos en una capilla ardiente en la planta baja del recinto.

Los féretros podrán ser visitados el resto de la semana a partir del retorno del cuerpo de María Kaczynska, esposa del máximo mandatario, previsto para hoy, cuyo cadáver fue identificado ayer, según anunció el portavoz presidencial, Jacek Sasin.

Sasin reconoció dificultades para identificar muchos cadáveres, ya que en el siniestro los cuerpos resultaron fuertemente mutilados y será necesario recurrir a análisis de ADN para evitar confusiones.

Al palacio presidencial siguieron acercándose ayer miles de personas para inscribir su nombre en el libro de condolencias, a la vez que docenas de jóvenes "boy scout" se encargan de ordenar y colocar las velas y flores que han formado un gigantesco manto a las puertas del edificio. Mientras, el presidente del país en funciones y titular del parlamento, Bronislaw Komorowski, empezó a anunciar nombramientos para sustituir a los altos cargos institucionales que viajaban en el avión siniestrado.

Así, comunicó la designación del general Stanislaw Koziej como nuevo jefe de la Oficina de Seguridad Nacional (BBN) y a Jacek Michalowski como nuevo jefe de la cancillería presidencial.

En otro contexto, el Fiscal General de Polonia, Andrzej Seremet, aseveró que nada indica que el piloto del avión siniestrado sufriera presiones para aterrizar, a pesar de las malas condiciones climáticas y las advertencias del aeródromo de Smolensk (Rusia).

Tomasz Pietrzak, segundo piloto presidencial, descartó un error de su compañero, mientras los expertos rusos que han analizado las cajas negras apuntan a que no existió ningún fallo técnico del aparato, un Tupolev 154 con veinte años de antigüedad, que había sido revisado cinco meses atrás.

Pietrzak dijo que el aterrizaje podría haberse producido por orden del presidente para evitar un retraso, como ya había sucedido en otras ocasiones.