La capital china, Pekín, escalonará el horario de los centenares de miles de funcionarios que trabajan en la ciudad, en un nuevo intento para luchar contra los atascos que cada día paralizan la ciudad, informó hoy la prensa oficial.

Para ello, 810.000 funcionarios que trabajan en el Ayuntamiento pequinés y empresas estatales madrugarán un poco menos y comenzarán su trabajo a las 9 de la mañana para terminar a las 6, retrasando en media hora el habitual horario de los funcionarios chinos (de 8.30 a 17.30).

Sin embargo, los funcionarios los hospitales, escuelas y órganos ligados al Gobierno central chino mantendrán el horario clásico, para que así coincidan menos con sus colegas municipales en las carreteras de la ciudad.

Pekín, la segunda mayor ciudad del país, ha doblado en apenas un lustro el número de autos en la ciudad (de dos a cuatro millones), por lo que los atascos se han convertido en una imagen habitual en las mañanas y a media tarde.

El fenómeno es similar al de otras ciudades de China, aunque en Pekín quizá es más grave por el hecho de que muchas oficinas gubernamentales se concentran en el centro de la ciudad, una zona histórica donde la construcción de nuevas carreteras está teóricamente limitada por leyes de conservación del patrimonio.

Para hacer frente al problema, Pekín ha fomentado el uso de transportes públicos bajando en los últimos años el precio de los billetes de autobús y metro, y construyendo nuevas líneas de suburbano, un esfuerzo que se hizo también para mejorar la imagen de la ciudad durante los JJOO de 2008.

Además, desde hace dos años funciona en la ciudad un sistema de limitación de la circulación que prohíbe a los automóviles privados circular un día laborable a la semana (dependiendo de su número de matrícula), lo que en teoría reduce un 20 por ciento el número de vehículos no públicos en circulación de lunes a viernes.