Las fuerzas de seguridad de Tailandia utilizaron hoy -por segunda vez en 24 horas- gases lacrimógenos y cañones de agua contra un grupo de "camisas rojas" que había cercado un cuartel del Ejército en el centro de Bangkok.

Equipos de antidisturbios se han empezado a concentrar en el centro de la ciudad para abortar posibles brotes de violencia.

"Unos 200 activistas rodearon el acuartelamiento y algunos arremetieron contra la valla de entrada. Los soldados los dispersaron con gas lacrimógeno", explicó el portavoz militar Sunsern Kaewkumnerd.

Los "camisas rojas" están empleando camiones y otros vehículos para bloquear una intersección e impedir así que las fuerzas de seguridad puedan llegar al barrio comercial de Bangkok, donde los manifestantes han establecido su centro de operaciones.

Mientras tanto y al norte de la ciudad, otro grupo de activistas está asediando de nuevo el edificio del proveedor de señal de televisión Thaicom, que ayer ocuparon para obligar al Gobierno a restablecer las emisiones de P-TV, un canal de televisión que respalda a la oposición.

En el primer incidente de violencia desde que comenzaron hace casi un mes las protestas, policías y soldados fracasaron en su intento de disolver a los manifestantes con cañones de agua y gases lacrimógenos, aunque por la noche recuperaron el control del recinto.

Los seguidores del depuesto ex primer ministro tailandés Thaksin Shinawatra habían retado antes al Ejecutivo a que intente disolverlos por la fuerza, un día después del primer choque violento contra policías y soldados.

Nattawut Saikuar, uno de los líderes del Frente Unido contra la Dictadura y para la Democracia, dijo al gobernante Abhisit Vejjajiva que "puede venir y cargar contra nuestra manifestación en cualquier momento".

Las protestas continuarán hasta que se disuelva el Parlamento y haya elecciones anticipadas, agregó Saikuar.

Desde el miércoles rige en Bangkok el estado de excepción, que permite a los militares hacerse con el control de la seguridad, prohibir asambleas callejeras, declarar el toque de queda y censurar a los medios de comunicación.