El presidente de EEUU, Barack Obama, llegó hoy a Praga para firmar un acuerdo de desarme nuclear con Rusia que sucederá al START que expiró el pasado diciembre.

Obama, que llegó a las 9.25 horas locales (7.25 GMT) al aeropuerto Ruzyne, está acompañado por un equipo de asesores que incluye a la secretaria de Estado, Hillary Clinton, y al consejero de Seguridad Nacional, James Jones.

Tras su llegada se dirigió inmediatamente al Castillo, donde tendrá lugar la firma.

Allí, tras saludar al presidente checo, Vaclav Klaus, celebrará una reunión con el presidente ruso, Dmitri Medvédev, por espacio de una hora y media.

Ambos abordarán, además del acuerdo, asuntos como la crisis en Kirguizistán, el programa nuclear iraní, la guerra en Afganistán y la defensa antimisiles.

Esa reunión estará dividida en dos partes: en la primera estarán presentes los respectivos equipos de asesores, mientras que en la segunda sesión ambos líderes dialogarán a solas.

A continuación, los dos dirigentes procederán a la ceremonia de la firma del acuerdo, tras la cual ofrecerán una rueda de prensa en esta capital donde hace un año Obama planteó una propuesta para un futuro sin armas nucleares.

El nuevo tratado START limitará a 1.550 ojivas el arsenal atómico de cada una de las partes y a 800 el número de vectores, o lanzaderas.

El límite que impone el nuevo tratado es 74 por ciento más bajo que el establecido en el tratado START de 1991, y un 30 por ciento más bajo que el límite de ojivas listas en el tratado de Moscú firmado en 2002.

Tras participar en un almuerzo junto a Klaus y Medvédev, Obama tiene previsto concluir hoy su jornada en Praga con una reunión con los líderes de los países del este europeo, a los que transmitirá el mensaje de que la mejora de las relaciones con Rusia no se producirá a costa de los lazos con esos Estados.

El presidente estadounidense partirá de la capital checa mañana por la mañana, tras celebrar una bilateral con Klaus.

La firma del acuerdo de desarme nuclear se produce apenas cuatro días antes de que Obama acoja en Washington una cumbre sobre seguridad nuclear en la que participarán 47 países y en la que EEUU quiere que se adopten medidas concretas para garantizar la seguridad de todos los materiales nucleares en el mundo en el plazo de cuatro años.

La lucha contra la proliferación es una de las piedras angulares de la política exterior de Obama desde su discurso en Praga hace un año.

El martes, su Gobierno presentó una nueva estrategia nuclear que compromete a EEUU a no hacer uso de sus armas atómicas contra países que respeten el Tratado de No Proliferación (TNP), incluso -bajo ciertas circunstancias- si esos países atacaran con armas químicas o biológicas a Estados Unidos.