Aeropuertos cerrados, retrasos y cancelaciones de vuelos, carreteras y tramos ferroviarios cortados y problemas en el suministro eléctrico son algunas de las consecuencias de la ola de frío polar que azota a Europa desde hace días y que ayer se extendió a los países del sur del continente.

Reino Unido, con temperaturas de hasta 13 grados bajo cero en Manchester, lleva ya días bajo los efectos de la ola de frío, que obligó a la cancelación de vuelos, el cierre de aeropuertos y la clausura de más de 2.000 escuelas en zonas de Escocia, Gales y el sureste de Inglaterra.

La aerolínea de bajo coste EasyJet tuvo que cancelar unos setenta vuelos con destino o partida del aeropuerto londinense de Gatwick (ayer operó con normalidad, aunque con numerosos retrasos), mientras que British Airways efectuó anulaciones y sufrió retrasos en Gatwick y Heathrow. Los aeropuertos de Southampton, Birmingham, Stansted, Cardiff y Luton reabrieron tras permanecer el miércoles cerrados por la nieve.

También las comunicaciones ferroviarias entre Reino Unido y el continente se vieron afectadas y un tren que circula bajo el Canal de la Mancha estuvo detenido durante dos horas a pocos kilómetros de salir del túnel con destino a Londres, procedente de Bruselas.

En Francia, donde diecisiete departamentos occidentales están en alerta, la nieve ha provocado retrasos en los trenes de alta velocidad y la circulación de carreteras ha registrado problemas.

El aeropuerto parisiense de Orly permaneció cerrado durante buena parte de la mañana al haber en sus pistas hasta 15 centímetros de nieve y, aunque el tráfico se restableció, se suspendieron varios vuelos y otros sufren retrasos.

Ríos helados

También en Alemania el transporte es el sector más afectado por la ola de frío, en concreto la navegación fluvial, y se han tenido que cerrar por congelación numerosos canales y ríos, como 60 kilómetros del canal Elba-Lübeck.

El frío provocó la noche del miércoles el bloqueo de la autopista A-2 a la altura de Magdeburgo, donde un camión reventó dejando sobre el asfalto 25 toneladas de puré de guisantes.

En Polonia, las nevadas caídas durante los últimos días han dificultado la circulación en las principales carreteras y han provocado retrasos generalizados en el servicio ferroviario, en especial en el oeste.

En Holanda, el aeropuerto de Amsterdam-Schipol recuperó ayer poco a poco la normalidad al reabrirse todas sus pistas, aunque continuaron las demoras, sobre todo en los vuelos procedentes y con destino a Reino Unido y Alemania.

Siguen las dificultades en la circulación por carretera, aunque de menor importancia que la víspera, y la nieve provocó cancelaciones en algunas de las principales líneas ferroviarias.

En la vecina Bélgica, los trenes internacionales sufren problemas y, ante las previsiones de nieve para el fin de semana, la aerolínea Brussels Airlines ofreció a sus clientes cambiar gratuitamente los vuelos reservados.

Por el contrario, el temporal dio una tregua en el este de Europa, hasta el punto de que el termómetro subió ayer en Belgrado hasta los 6 grados, mientras que en Bosnia, Hungría, Macedonia y Albania se registraban inundaciones.

En Austria, Viena despertó ayer con una capa de apenas unos centímetros, que no afectó al tráfico rodado.

En la República Checa se mantuvo la escasa nieve que cayó durante la Navidad, pero las temperaturas no son excesivamente frías, y en una Hungría cubierta por la nieve no había problemas graves de circulación.

En Rumanía, con temperaturas positivas de entre 0 y 10 grados en Bucarest, la llanura del sur, las zonas montañosas y el litoral, se vivió una jornada suave, al igual que en Bulgaria.

En Turquía, en la parte oriental, el frío ha sido considerable, hasta 20 grados bajo cero, con fuertes nevadas.

Mientras en Rusia, una tormenta de nieve azotó Moscú y complicó el funcionamiento de las infraestructuras sin afectar demasiado a los habitantes, en plena Navidad ortodoxa.