El presidente del Gobierno italiano, Silvio Berlusconi, abandonó ayer el hospital San Raffaele de Milán, donde se encontraba ingresado tras resultar herido por una agresión el pasado domingo, e instó a rebajar los tonos de la política para que su dolor "no sea inútil".

Berlusconi salió en automóvil del hospital, saludó con la mano desde su interior a los periodistas que se agolpaban a la salida y se dirigió a su residencia en Arcore, a las afueras de Milán, donde tendrá que pasar 15 días de reposo total, según las recomendaciones médicas.

El jefe de Gobierno no salió del coche, pero el vehículo en el que viajaba circuló muy despacio ante los periodistas para permitirle saludar con la mano. Berlusconi llevaba una venda que le cubría la nariz y parte de la mejilla.

Inmediatamente después de que le dieran el alta, Berlusconi emitió un comunicado en el que instaba a la política "a la calma y a la honestidad". "Si de lo que ha ocurrido sale una mayor consciencia de la necesidad de un lenguaje más calmado y más honesto en la política italiana, entonces este dolor no habrá sido inútil", afirmó Berlusconi en la nota.

En el mensaje también se invitaba a la oposición a alejarse de aquellos que fomentan la violencia. "Algunos exponentes de la oposición parecen haberlo entendido: si saben de verdad tomar distancias, de modo honesto, con respecto a unos pocos instigadores de la violencia, entonces podrá finalmente abrirse un nuevo periodo de diálogo. De todos modos, nosotros seguiremos adelante por el camino de las reformas que los italianos nos piden", agrega.

El "Cavaliere" resultó herido el pasado domingo tras un mitin en la Plaza del Duomo de Milán, cuando supuestamente Massimo Tartaglia, una persona con problemas mentales, le arrojó una estatuilla que representaba la catedral de la ciudad y que se vende como recuerdo para los turistas.

El objeto impactó en la cara del primer ministro y le produjo la rotura parcial del tabique nasal y de dos dientes, así como un profundo corte en el labio, que ha necesitado varios puntos de sutura.

Ahora comenzará la recuperación de Berlucosni, que ha suspendido por el momento todas sus comparecencias públicas, aunque sus colaboradores dudan de que cumpla las dos semanas de baja.

Según publicó ayer el diario suizo Le Matin, Berlusconi acudirá en los próximos días a la clínica helvética de Gravesano Ars Medica para eliminar de su cara los signos de la agresión.

La información, confirmada al diario por el alcalde de la localidad, Carlo Zoppi, no ha sido oficializada por la presidencia del Gobierno.

En esta clínica, Berlusconi se sometió en 2003 a algunas operaciones de cirugía estética para rejuvenecerse.

Control de internet

Por otra parte, el Gobierno de Italia decidió ayer prorrogar el estudio del proyecto de ley para el control de manifestaciones e internet que anunció el ministro del Interior, Roberto Maroni, tras la agresión del domingo a Berlusconi.

La propuesta del Ministerio del Interior de poner mayores límites a la red y a las protestas callejeras fue planteada ayer en un Consejo de Ministros al que no pudo asistir Berlusconi y que decidió posponerla para acotar todos sus términos con mayor detalle.

El ministro de Transportes, Altero Matteoli, explicó en la rueda de prensa posterior al Consejo que hubo "unanimidad" sobre la necesidad de esa propuesta de control de internet, cuya aprobación queda ahora emplazada a la próxima reunión del Ejecutivo.

El diario Corriere della Sera asegura en su página web que uno de los puntos que necesitará de un mayor estudio será el del bloqueo de contenidos por parte de las autoridades judiciales de páginas web en las que haya indicios de instigación o apología de delitos.

Éste es uno de los asuntos clave de la propuesta que Maroni anunció después de conocerse que, tras la agresión a Berlusconi, habían surgido grupos de apoyo al presunto agresor, Massimo Tartaglia, a través de Facebook y otras redes sociales.