Los duques de Sussex fueron agasajados hoy en un acto tradicional maorí durante su visita a un parque nacional de la Isla Sur de Nueva Zelanda, donde el príncipe Enrique llamó a su próximo bebé "pequeño bulto".

En medio de una intensa lluvia, Enrique y su esposa Meghan, que esperan un bebé la próxima primavera europea, participaron en una ceremonia que incluyó el tradicional saludo Hongi, que se hace presionando la nariz y la frente al mismo tiempo con la otra persona.

La pareja real se sentó dejando un asiento vacío entre ambos de acuerdo con la tradición local que, según explicó en su lengua el jefe maorí, Barnes Thomas, reserva el espacio central a una divinidad.

"El medio representa al dios de la guerra y no queremos poner a nuestras mujeres en ese espacio. Queremos ser inclusivos, especialmente con Meghan porque está embarazada, pero no queremos ponerla en riesgo", dijo Thomas según Radio New Zealand.

El jefe maorí también saludó a la pareja real y a su "pepi" mientras que Enrique, que calificó a la lluvia que caía como un "recordatorio de la conexión con la tierra", aseguró que para él, su esposa y su "pequeño bulto" es "una bendición estar aquí".

"Les traemos recuerdos de mi abuela", añadió el príncipe en alusión a la reina Isabel II.

Durante la jornada, los duques también estuvieron en Wellington, donde visitaron una cafetería y se reunieron con jóvenes que trabajan en proyectos de salud mental y escolares.

La pareja real inició ayer su visita a Nueva Zelanda participando en una ceremonia de recuerdo de la aprobación en 1893 del sufragio universal en el país oceánico, el primero del mundo que permitió el voto a las mujeres.

Durante ese acto Meghan recalcó que "el sufragio de las mujeres es sobre el feminismo, pero el feminismo trata de justicia".

La pareja concluye a mediados de semana una larga gira por Oceanía que también pasó por Australia, Fiyi y Tonga.