Miembros de la familia real británica, entre ellos la princesa Ana y el príncipe Eduardo, hijos de Isabel II, empezaron a llegar a la capilla de San Jorge, donde se celebrará la boda del príncipe Enrique y Meghan Markle.

En un día soleado, se vio entrar también en la capilla del castillo de Windsor, a las nietas de la soberana, las princesas Beatriz y Eugenia, así como al padre de éstas, el príncipe Andrés.

La familia real entró en el templo a la espera de que lo haga el príncipe Enrique con su hermano, el duque de Cambridge, quien lleva los anillos que intercambiarán los novios.

El anillo de Markle, según informó hoy el palacio de Buckinhgam, ha sido diseñado con oro de Gales por la joyería Cleve & Company, en tanto que Enrique llevará una alianza de platino.

La última en llegar al templo gótico, como manda el protocolo, será la jefa de Estado británica acompañada por su marido, el duque de Edimburgo, y poco después lo hará la novia.

El príncipe Carlos acompañará Meghan Markle hasta el altar ante la ausencia de su padre, Thomas Markle, que se recupera en México de una operación de corazón a la que fue sometido hace unos días.

En la ciudad de Windsor, a 34 kilómetros al oeste de Londres, miles de personas se han congregado ante el castillo, a la espera de ver a los novios después de la ceremonia religiosa.

La boda, que empezará sobre el mediodía (11.00 GMT), estará a cargo del deán de Windsor, el reverendo David Conner, mientras que el arzobispo de Canterbury y primado de la Iglesia de Inglaterra, Justin Welby, casará a Enrique y Meghan cuando estos declaren sus votos matrimoniales ante una congregación de 600 personas.

Además, el primado de la Iglesia Episcopaliana de EEUU, Michael Curry, que en 2015 se convirtió en el primer obispo afroamericano en presidir la Iglesia Episcopaliana, pronunciará un sermón.