A sus 82 años y con unas tremendas ganas de vivir, Antonia Inés Mitchell Bedford, cariñosamente conocida como la canaria- inglesa (su vida está repartida entre las islas de uno y otro lado), es fiel reflejo de la grandeza del ser humano.

Con apenas 478 euros al mes de pensión y teniendo que atender a uno de sus hijos enfermo, se acerca a EL DÍA para solicitar "la ayuda de las instituciones para poder hacer cosas benéficas para esta sociedad canaria en tiempos tan difíciles", indica.

¿Quién es esta simpática y dicharachera octogenaria que se niega a quedarse en casa gozando de sus cinco nietos y una bisnieta?

Entras en Google, escribes su nombre y aparece un amplio historial deportivo. El de toda una campeona de natación que un día de 1949 formó parte de la primera selección canaria de natación femenina que acudió al Campeonato de España.

Sesenta y cinco años después, la señora Mitchell Bedford sigue estrechamente vinculada al deporte, siendo asidua de la piscina Acidalio Lorenzo, "donde cada día me hago 3.000 metros, siendo nadadora del CN Tenerife Máster", indica muy orgullosa.

"Jordi Bercedo, gerente del OAD de Santa Cruz, ha tenido la deferencia con una servidora de concederme un pase, porque pagar un abono con lo poquito que me queda de la pensión es algo que no me puedo permitir", añade.

A pesar de sufrir un ictus cerebral en 2009, "que me dio precisamente estando en la piscina y que me enteré cuando llegué a casa", explica, y de superar distintas intervenciones quirúrgicas consecuencia de un melanoma maligno que padece, la canaria- inglesa volvió a nadar en pruebas de carácter oficial, como el Campeonato de España celebrado en Fuerteventura, donde consiguió 10 medallas de oro y una de plata, en la categoría de 80 a 85 años. "Porque lo que he pasado no me ha impedido seguir haciendo lo que he hecho a lo largo de mi vida, primero en el Metropole de Las Palmas y en las últimas décadas en Tenerife: nadar, nadar y nadar", recuerda.

Cuenta haber participado en seis mundiales, siendo el primero el de Canadá 93, y el último el celebrado en Casablanca, en 2008, "donde fui plata en 800 metros".

Eso sí, presume, porque puede, de marcas nacionales y de trofeos conquistados, pero de lo que más orgullosa se siente es de haber tomado parte en la casi totalidad de la travesía Lanzarote-La Graciosa. "Fui pionera, junto a Domínguez, de aquella primera edición. Y pienso hacerla en septiembre del próximo año, si el Cabildo de la isla me invita".