En las próximas horas se retomará el juicio que enfrenta a la cantante Britney Spears con su ex manager, Sam Lufti. Lufti acusó a la celebrity de ser adicta a las anfetaminas y de no tener ningún interés por relanzar su carrera artística y ahora los abogados de Britney la defienden diciendo que la ruptura con Justin Timberlake la dejó indefensa y deprimida.

En 2002, y tras tres años juntos, Britney Spears y Justin Timberlake dieron por terminada su relación. El actor prosiguió con su vida y justo ahora parece que ha sentado la cabeza junto a Jessica Biel con quien se casó el pasado viernes. La historia de Britney es otro cantar... Poco tiempo después de romper con el que muchos dicen que fue su primer amor, la joven, que por aquel entonces tenía 20 años, entró de lleno en una espiral de drogas, alcohol y fiestas desmedidas con un matrimonio fugaz de por medio junto a su amigo de la infancia Jason Alexander.

Más tarde, Britney contrajo matrimonio con Kevin Federline y tuvo dos niños pero este matrimonio también le salió "rana" y se separó en 2006, iniciando una guerra brutal por la custodia de los pequeños que finalmente le fue retirada tras protagonizar polémicas escenas en donde el alcohol y las drogas volvían a ser los protagonistas. Seis años después, parece que Britney ha dejado atrás sus fantasmas del pasado y ha recuperado la estabilidad junto a su actual representante, Jason Trawick con quien planea casarse próximamente. Además, participa en un programa televisivo de éxito y sus discos han vuelto a recuperar parte de la gloria perdida durante sus "años locos".

Pero aún así, la celebrity todavía tiene que superar un último obstáculo para dejar atrás esa época negra: el juicio contra Sam Lufti, su anterior representante.