La Fashion Week de Nueva York cerró el viernes sus puertas hasta septiembre próximo con la visión de un clásico de la moda estadounidense, Ralph Lauren, que presentó una colección elegante y lujosa tras una semana de desfiles en la que el negro compitió con los más diversos metalizados. Las propuestas de Lauren para el próximo otoño-invierno comenzaron por el negro, en tejidos como la seda y la lana de doble faz, mezclados con hilos dorados y plateados o con bordados de cuentas y brillantes, para pasar a los tonos beiges, topo y camello, mezclados con los rosa palo y malvas. ?Ralph Lauren nunca defrauda en sus desfiles?, dijo la estilista y directora de Moda de la edición en Estados Unidos de Marie Claire, Nina García, quien valoró que sea este diseñador quien ponga el broche final a la Semana de la Moda neoyorquina. Para García, la colección de Lauren, además de elegante y refinada, está formada por ?piezas que no sólo tienen un valor de temporada, sino que se pueden tener en el armario por muchos años. Son piezas únicas. Su colección de noche es muy refinada?. En esas piezas, el diseñador mezcló en ocasiones las chaquetas en tweed que por el día pueden combinarse con jeans o unas favorecedoras minicapas abrochadas en la cintura con vestidos de lamé o bordados antiguos en terciopelo jodhpur y otros ricos tejidos. De esa manera, Lauren presentó algunas sabias e inesperadas combinaciones, como los vestidos de fiesta cortos con lentejuelas llevados con cárdigan para usar durante el día. ?Combina la ropa de una manera muy auténtica y original. Aquí ha mostrado unas combinaciones muy eclécticas?, añadió García. Con las propuestas de Ralph Lauren se dan por concluidos ocho días en los que más de sesenta diseñadores han presentado dentro y fuera de las instalaciones oficiales de Bryant Park, su visión del próximo invierno, cuando todavía, según predicen los expertos, el mundo seguirá sufriendo el impacto de la recesión económica global. Buena parte de los diseñadores dirigieron su mirada hacia los tejidos metalizados y las creaciones glamurosas, los elevados tacones que más de un tropiezo costaron a las modelos, así como los pantalones pitillo y los leggings o mallas combinados con túnicas, faldas y vestidos de cóctel, así como con guantes largos por encima del codo y minibolsos. Durante esta semana también hubo diseñadores que arriesgaron más creativamente y otros optaron por las formas más clásicas, con un tono lujoso, fundamentalmente en los vestidos de cóctel, los más vistos de esta pasarela. La firma Max Azria, que dirige el matrimonio Max y Lubov Azria, fue la única en presentar una colección para cada una de sus tres firmas, la que lleva su nombre más BCBG y Hervé Léger. Entre los hispanos no faltaron las diferentes y variadas colecciones de Carolina Herrera y Sergio Dávila.