El vino tinto de Agala de Tejeda, el blanco Señorío de Agüimes y el dulce Valara de San Bartolomé de Tirajana han sido elegidos los mejores vinos de Gran Canaria 2016 en la XXI Cata insular del Cabildo de Gran Canaria.

El panel compuesto por doce expertos catadores concedió la medalla de oro en la categoría de tinto joven al Agala 1175 guardado en barrica de roble francés y con aroma a madera, al Señorío de Agüimes por ser el mejor blanco seco y en la categoría de semiseco, semidulce, dulce y licoroso al de Valara, indica la corporación insular en un comunicado.

Celebrada en la Casa del Vino de Santa Brígida, el concurso registró récord de participación con 52 muestras presentadas, por lo que hubo que realizar una cata previa, con lo que finalmente fueron 10 tintos, 13 blancos y 12 dulces de las cosechas de 2014 o 2015 los que se disputaron el primer premio, se indica en un comunicado.

Los 35 vinos catados obtuvieron una alta calificación, de excelente a muy buenos y buenos, ninguno quedó eliminado y los catadores verificaron el gran nivel este año, mejor que en pasadas ediciones.

Además del oro para de los tintos jóvenes para Agala 1175, esta bodega se llevó la plata con Agala 1050, un joven en el que predominan los aromas primarios a fruta, mientras que el bronce fue para Rincón de Guiniguada de Santa Brígida, que por primera vez cosecha premio, una de las sorpresas del concurso.

Señorío de Agüimes, que el año pasado había ganado la medalla de bronce se alzaba con el oro, mientras que Agala, que había obtenido el oro, quedó relegado esta vez al tercer lugar con su Agala Altitud 1318, intercambiándose así los puestos, mientras que Mondalón de Las Palmas de Gran Canaria revalidó su plata.

En cuanto a los semisecos, semidulces, dulces y licorosos, además del oro para Valara Dulce, la plata recayó en Berrazales Semiseco de Agaete y el bronce para Dulcelechuza de San Mateo, para quien también era la primera vez que ganaba un premio.

El panel también concedió el premio a la Mejor Imagen y Presentación a Plaza Perdida de Las Palmas de Gran Canaria, un vino guardado durante tres meses en barrica que por primera vez era premiada y fue elegida por su etiquetado y diseño entre una treintena de botellas.