Tenerife inscribe a otro de sus restaurantes en la prestigiosa guía roja. Y aunque era un destello que se venía siguiendo desde hace ya algunos años, por fin anoche, en la edición celebrada en Santiago de Compostela, El Rincón de Juan Carlos bajó del cielo hasta la mesa la estrella Michelin en la que figuraba escrito su nombre y en letras mayúsculas.

Desde un concepto de cocina creativa, "lo que le ofrecemos al cliente no es otra cosa que sabor; la imaginación la crea cada comensal", explicaba ayer un exultante Juan Carlos Padrón, metido de lleno en faena, y quien consideraba que las claves del éxito se explican "desde el esfuerzo, la perseverancia y el trabajo".

Y es que El Rincón de Juan Carlos, un coqueto restaurante que desde hace doce años se ha mantenido firme en el Pasaje Jacaranda, en Los Acantilados de Los Gigantes (Santiago del Teide) ha ido labrándose su propio prestigio, plato a plato, haciéndose "gigante" en la costa oeste de la Isla, desde una manera sincera de hacer las cosas donde se fusiona talento, creatividad, producto y calidad con la complicidad, la familiaridad y el cariño de un equipo integrado por los hermanos Juan Carlos y Jonathan, sus compañeras María José y Raquel, y la matriarca, doña Peregrina, en los fogones, que ayer era un hervidero de alegría.

No resulta nada fácil sostener una apuesta gastronómica de esta categoría alejado de la metrópoli, a distancia de los cenáculos, en un establecimiento donde no se suelen recibir la visita de los críticos, aquellos que deciden quién es quién en esto de la gastronomía. Quizá por eso, Juan Carlos Padrón se mostraba más exultante aún. "Y nos llevamos la estrella sin haber estado siquiera recomendados antes en la guía". El más difícil todavía.

Lo cierto es que sus combinaciones atrevidas y sabrosas, los juegos entre lo dulce y lo salado; la reivindicación del producto canario, cuando lo merece, y la búsqueda continua de sensaciones, pero sobre todo la fidelidad a una idea han dado su fruto.

Precisamente, Juan Carlos toma hoy los cuchillos para poner rumbo a Valladolid, donde participará junto a cocineros de otras 15 comunidades autónomas en las eliminatorias para designar al concursante español en el Bocuse d''Or. Los productos a elaborar: trucha y lechazo. "Nosotros vamos con la mejor receta: la sencillez", aseguraba Juan Carlos.

Pero además del éxito incuestionable de la familia Padrón, mantiene sus dos estrellas el restaurante M.B., así como también la suya el Kabuki, en el hotel Abama, mientras el restaurante japonés Kazan de Santa Cruz de Tenerife atesora la que consiguió hace un año.

Tenerife vuelve a lucir en el firmamento gastronómico.