El chef Ferrán Adriá se mostró ayer confiado en que la justicia reconocerá su "ética y honestidad" y resaltó que su socio Juli Soler y él regalarán su restaurante a la fundación de gastronomía que están creando porque siempre han pensado que restaurante El Bulli es de todos". En el juzgado de primera instancia número 2 de Barcelona quedó visto para sentencia el juicio por la demanda presentada por los hijos del exsocio de Adriá y Soler, Miquel Horta, que mantienen que los cocineros engañaron a su padre al comprarle su parte de El Bulli aprovechándose del trastorno bipolar que padece.

En declaraciones a la prensa a la salida del juicio, Adriá insistió en que Juli Soler y él tienen previsto regalar el mítico restaurante de cala Montjoi (Roses, Gerona) a la fundación gastronómica que están creando, lo que, en su opinión, demuestra que en ellos no ha habido nunca un ánimo de enriquecimiento a costa del restaurante.

El reparto del accionariado del espacio gastronómico ha enfrentado al perito de Adriá con el de los hijos de su exsocio Miquel Horta, que defienden ser propietarios del 84% del establecimiento, pese a que su padre entró en el negocio en 1993 con un 20%.