Poco atractivas para los paladares occidentales y relegadas muchas veces a puntuales experiencias en restaurantes japoneses, las algas se han logrado colar en el plato español por excelencia, la paella, al incorporarse como un ingrediente más junto al arroz, los guisantes o las gambas.

Verdes, rojas y pardas, las algas invaden poco a poco los platos españoles, y después de las croquetas, las ensaladas y las tortillas, le ha tocado el turno a la paella, ha comentado en una entrevista con Efe el investigador del Banco Español de Algas Juan Luis Gómez.

Esta nueva incorporación al recetario español es invención de una ama de casa irlandesa Prannie Rhatigan''s, quien en su libro "Seaweed kitchen" y en su web www.prannie.com propone una guía para comer saludable con productos del mar.

Según cuenta el investigador español, profesor de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, las algas son un condimento "muy variado", pues hay más de 25 especies que se pueden cocinar, y casa a la perfección con la gastronomía española.

Sin embargo, son pocos los que se arriesgan a meterla en su caldero, aunque, paradójicamente, muchos de ellos sean fieles consumidores de maki, un plato de origen japonés basado en pescado crudo envuelto en una cinta de alga nori.

Ejemplo de la buena conexión que hay entre la cocina española y asiática, en la carta de algunos restaurantes japoneses se puede encontrar tempura de algas acompañadas de mojo verde y papas negras, ambos productos de la gastronomía canaria.

Al margen de estas incursiones, agrega Gómez, son pocos los que se benefician de forma regular de las propiedades de las algas, ricas en yodo, de su intenso sabor a mar y de su textura, que, en muchos casos, se asemeja al de la cebolla.

El especialista destaca que su versatilidad de uso es otro de los fuertes de las algas, que se adaptan tanto a un pescado a la plancha como a una ensalada templada, al comercializarse frescas, trituradas, secas, en forma de harina y también de bebida.

Como curiosidad, el investigador comenta que en el Caribe se vende una bebida hecha de algas, mientras que en Francia -el mercado europeo de algas más desarrollado-, se hace una bebida de chocolate instantánea también con algas.

Otros de los ejemplos de productos con algas disponibles en el mercado francés son sopas, ensaladas, bocadillos, tarrinas y enlatados de pescados cocinados acompañados de este vegetal.

Por gustos

En Francia, además, no hay que acercarse a tiendas asiáticas o específicas para poder degustar algas, basta con ir a los congeladores de cualquier supermercado de barrio, agrega el científico.

Impulsado por la moda de los restaurantes japoneses, el investigador canario considera que el mercado de las algas en España, que se concentra en el norte del país, está aún por descubrir, aunque algunos curiosos, sin ser Ferran Adrià o la innovadora ama de casa irlandesa, ya se atrevan a incorporarlas a su menú diario.