LA COLUMNA de hoy está dedicada a la isla de El Hierro, una de nuestras islas ejemplares en el respeto de su entorno y la gran atención que muestran por el paisaje. Declarada Reserva de la Biosfera desde el año 2000, la Isla del Meridiano presume de monte y laderas, de coladas volcánicas y fondos marinos, resultando las viñas un complemento mágico de tonalidades cambiantes a lo largo de las estaciones.

Los viñedos de la denominación de origen El Hierro se encuentran a lo largo y ancho de la isla, bien en parrales adornando y dando sombra a los patios, bien como parras sueltas en las parcelas cercanas a las viviendas, más pensadas para fruta de sobremesa que para vinos. Las principales zonas de cultivo para vinificación son Valle del Golfo, Sabinosa, El Pinar y Echedo, con una superficie de 210 hectáreas de viñedo, sobre un suelo de origen volcánico, como saben, con buena capacidad para retener el agua y bajo la influencia de un clima bastante suave, destacando la humedad en las zonas altas de montaña. La viña "es atendida", valga una expresión muy nuestra, por los casi 300 viticultores que están adscritos al consejo regulador.

El Hierro produce una media de 3.000 hectólitros, y el 80 % lo elabora la cooperativa de Frontera junto a siete bodegas más en la isla. Dos terceras partes de su producción es de vinos blancos, vinificados mayoritariamente con verijadiego y listán blanco, destacando su frescor y densidad, con una amplia oferta de secos, semisecos, semidulces, varietales, dulces o los rosados, muy frutales en su primer año. En cuanto a vinos tintos, se descubre un interesante poder de envejecimiento en los diseñados a partir de baboso negro, aunque también encontramos la suavidad y el carácter de los jóvenes.

Haciendo referencia a las variedades de uva autorizada contabilizamos; verijadiego, que ocupa casi el 50 % de las cepas blancas, listán blanco, bremajuelo o bermejuela, malvasía, verdello, gual (uval), forastera blanca, baboso blanco, burrablanca, torrontés, pedro ximénez y moscatel. Si enumeramos las tintas aparecen; listán negro, negramoll, tintilla, baboso negro y vijariego o verijadiego negro.

Para conocer y comprender la idiosincrasia herreña resulta de obligado cumplimiento la sopa de pescado y lapas, el puchero, el rancho con papas, el cabrito o chivo, como suelen nombrarlo los locales y, cómo no, las quesadillas… Lo recordarán durante mucho tiempo. Una isla para presumir,¡salud!

Más información: doelhierro@hotmail.com

*Enólogo de Bodegas Tajinaste