El "boom" literario basado en las sagas de Stieg Larsson y las novelas de Camilla Läckberg y Asa Larsson ha podido hacer pensar a muchos en un amanecer sueco en el campo del "thriller". En realidad, Suecia tiene desde hace décadas con una sólida tradición en ese campo, querencia por la intriga y la ficción policíaca que abarca desde notables películas de mediados de los 50 (pienso por ejemplo en "Vildfåglar": "Pájaros salvajes", de Alf Sjöberg) hasta las aventuras de dos famosos inspectores: Kurt Wallander (alter ego de Henning Mankell) y su predecesor Martin Beck, cuyas pesquisas, noveladas por Maj Sjöwall y Per Wahlöo, fueron publicadas en España por la extinta editorial Bruguera dentro de su colección "Libro amigo".

El modelo de Sjöwall y Wahlöo -novela negra escrita a dos manos- es retomado hoy por otra pareja, la formada por Alexander Ahndoril y Alexandra Coelho Ahndoril, ocultos bajo el seudónimo de Lars Kepler, con el que homenajean por partida doble al fallecido Stieg Larsson y al célebre astrónomo del siglo XVII Johannes Kepler.

Como era inevitable, el principal "best-seller" de la dupla, "Hypnotisören" ("El hipnotista"), ha sido llevado a la pantalla con el consiguiente trasiego de clientes desde las librerías a los cines. El responsable de la operación es un compatriota de los autores, Lasse Hällstrom, director de perfil bajo, pero casi siempre correcto, al que se deben títulos como "Chocolat", "¿A quién ama Gilbert Grappe", "Las normas de la casa de la sidra" y, más recientemente, "La pesca del salmón en Yemen".

Para quienes hayan seguido su carrera, la primera parte del filme supone una pequeña revelación. Y no me refiero tanto al punto de partida -el asesinato en serie de una familia de Estocolmo en vísperas de la Navidad-, sino por la promesa de un austero filme policíaco bajo cuya trama circulan sagaces comentarios sobre una sociedad removida por los crímenes que socavan su jaleado orden y su no menos cacareado bienestar.

En este sentido, Hallström se apunta algunos tantos inesperados. El comisario encargado del caso, Joona Linna (Tobias Zilliacus), de origen finlandés, se presenta no como un frío servidor de la ley, sino como alguien sensible a la violencia, un punto vulnerable, incluso torpe, que sufre a su manera estoica el estigma del inmigrante (algún compañero se lo recuerda en momentos críticos). Pero la historia del caso no se sigue solo desde su punto de vista, ya que el relato se bifurca en una línea paralela: la que traza el hipnotista al que Joona recurre para que le ayude a encontrar al asesino de la familia (Eric: Mikael Persbrandt). Debido a su singular oficio, Erik padece insomnio, cae en frecuentes depresiones y ve cómo se tambalea la relación con una esposa tan atenta como apremiante (Simone: la estupenda Lena Olin, a la que realmente se echaba de menos).

Aunque Zilliacus ayuda poco, el dibujo de los personajes es solvente y Hallström sabe describir en pocos trazos tanto la proverbial soledad del comisario como el inestable entorno familiar del hipnotista. En este sentido, es digno de destacar el momento en el que el asesino irrumpe en el hogar de Eric: la casa está envuelta en luces soñolientas, como si la Navidad durmiese allí y la atmósfera onírica se solapase con los movimientos sigilosos del intruso.

Desgraciadamente, Hallström no es Fritz Lang, y "El hipnotista" pierde algo de fuelle a partir del momento en el que se sabe quién es el asesino y qué móviles lo guían. A partir de ahí, la película no deja de interesar pero se vuelve algo previsible. Los personajes se estacan en el plano psicológico y el bello invierno nórdico, que enmarcaba tanto los retratos individuales como la descripción de la ciudad alienada en la que aterriza Santa Claus, se convierte poco a poco, en mero telón de fondo para una peripecia policíaca con final feliz destinada a satisfacer las expectativas de los fans de los autores citados al comienzo.

Sólidos intérpretes

El reparto, íntegramente constituido por actores suecos, tiene su rostro más popular en Lena Olin, "partenaire" de Robert Redford en "Havana" y nominada al Oscar por "Enemigos,una historia de amor". En "El hipnotista" da réplica a Mikael Persbrand ("En un mundo mejor"), al que el próximo año podrá verse en la segunda parte de "El Hobbit", como Beorn.

Muy apreciado en Estados Unidos, el director sueco Lasse Hallström se adentra en el "thriller" tras haber sido nominado al Oscar en tres ocasiones por "Mi vida como un perro" (guión y dirección) y "Las normas de la casa de la sidra".