Todas las miradas están puestas en el candidato de CC a la Alcaldía de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez. La inminente oficialización del pacto entre CC y el PSOE a nivel regional, a costa de su cabeza y de servirle en bandeja de plata la Alcaldía capitalina al socialista Julio Pérez, ha hecho que el sucesor de Zerolo sea el hombre más buscado. Él prefiere no hacer declaraciones a los medios de comunicación pero ayer en su cuenta de Facebook publicó un mensaje que sonó a despedida: "Nuestro grupo está plenamente abierto a atender y escuchar todas las propuestas que puedan surgir con el único objetivo de procurar el bien de la ciudad y sus habitantes. Estemos en el gobierno o no, nuestro único compromiso son los vecinos".

Sus palabras pueden ser objeto de más de una interpretación, pero lo que está claro es que la negociación entre Paulino Rivero y José Miguel Pérez para pactar en el Gobierno canario se hará factible gracias al sacrificio de otras instituciones. Además, la "niña de los ojos" nacionalista es el Cabildo de Tenerife, por lo que la presidencia de la Institución insular para Ricardo Melchior, quien además ganó por amplia mayoría (que no mayoría absoluta) en comparación con la segunda fuerza más votada, es totalmente innegociable.

Ahí es donde entra el "sacrificio" de Bermúdez. El PSOE no va a pactar con CC a cambio de nada. Es ahora, con su peor resultado electoral, cuando se convierte en el objeto del deseo de CC y PP. La decisión de con quién formalizar una alianza de gobierno dependerá de lo que los socialistas obtengan a cambio. La Alcaldía del feudo nacionalista por antonomasia no parece un precio pequeño a pagar, ni una oferta a rechazar, por lo que la pregunta ahora es: ¿cuánto tardará Bermúdez en desembarcar en el Gobierno regional?