Ha sido la voz vehemente y reivindicativa del sector pesquero canario durante los tres últimos años, hasta que las discrepancias en torno al reparto de la cuota de atún rojo precipitaron su dimisión. El ya expresidente de la Federación Regional de Cofradías de Pescadores, Fernando Gutiérrez, sigue aspirando a la unidad entre estos profesionales, un objetivo en el que, asegura, "se ha avanzado bastante".

¿Cómo se siente pasados unos días desde que tomó la decisión de dimitir?

Un tanto aliviado. Han sido tres años de lucha y trabajo muy intensos. Hablamos de transformaciones reales en el sector pesquero. Ahora hemos dejado de lado esta situación y estamos yendo por otra etapa de la vida.

¿Había tenido la tentación de renunciar en algún momento?

No, no. Estábamos haciendo un trabajo extraordinario y moviendo cosas muy importantes para el sector, pero la vida es como es.

¿Qué destacaría de su etapa al frente de la Federación?

Hay muchísimas cosas. Sobre todo, dar voz a los pescadores. En cuanto a los hechos conseguidos, la cuota del atún rojo, aunque no solo eso. Desde la Federación logramos poner de acuerdo a la mayoría de los patrones para que los pescadores utilizaran como máximo treinta nasas por embarcación. Antes no había control en ese sentido. Hemos logrado que se ponga en marcha el proyecto para dotar de combustible las cofradías del norte de Tenerife. También hemos conseguido que el Gobierno de Canarias ceda a las cofradías los derechos históricos de los puertos y refugios, en las explanadas de los varaderos, en los bares y restaurantes, en las lonjas pesqueras? Eso se va a entregar a las cofradías sin cobrarles un céntimo. Hemos dado voz a los pescadores en el Parlamento. Hemos ido a explicar a los diputados que el sector pesquero existe y necesita ser escuchado. Estamos planteando también la modificación de la ley en el plano de la pesca de recreo.

Suele decirse que al sector primario en Canarias le falta unidad. ¿Esto es aplicable aún en mayor medida a la pesca?

Es mucho más aplicable, por supuesto. El pescador siempre es individualista. Vive en ocho islas diferentes, cada una de las cuales es un mundo, y si encima somos como somos? La prueba está en el atún rojo. El pescador no se ha planteado realmente lo que hemos conseguido, sino lo que quiere conseguir a nivel personal. La mentalidad es yo quiero más, y cambiar eso cuesta. ¿Quién se ha preocupado de verdad por que el pescador cambie de mentalidad? Nadie. Ahora lo estamos haciendo. Con Narvay Quintero al menos se puede hablar. De esta gente que está en la Consejería podemos decir lo que queramos, pero por lo menos son colaboradores y si se cuenta con ellos normalmente responden. Han marcado diferencias en ese sentido.

Pero pese a esas discrepancias se ha conseguido una cierta unidad, aunque no fuera total.

Es la primera vez en la historia en que la inmensa mayoría de cofradías de Canarias hemos estado unidos durante tres años.

¿Qué importancia tiene la campaña del atún rojo para los pescadores canarios?

Realmente no supone tanto. Lo que ocurre es que esta especie de atún tiene dos particularidades extraordinarias. Una es que es muy grande, suelen pasar de los 200 kilos, con lo que metes de una vez en un barco 200 y pico kilos. Eso no ocurre con ningún túnido. La otra es que tiene el mejor precio del mercado. El barrilote (atún blanco) no pasa de los cinco euros el kilo, y eso cuando está muy bien. El atún rojo se ha cobrado hasta 10 euros. Si consigues un pez de 300 kilos puedes cobrar 30.000 euros. Eso es lo que hace que la gente se vuelva loca.

¿Con una buena campaña del atún rojo se pueden salvar unos meses de pesca?

Claro. Aquí no solo estamos hablando de conseguir cuota, sino de pescarlo de manera no olímpica, no ir a coger cuanto más mejor, de pescarlo de forma racional para que el precio no caiga. Si en tu barco te tocan tres toneladas, estamos hablando de 30.000 euros para cuatro personas. ¿Dónde ganas eso en diez o quince días? Por eso hay tanta discrepancia. Hasta cierto punto es normal. Hace falta mucha pedagogía en el sector pesquero y, sobre todo, mucho sentido de la solidaridad, que no lo hay.

¿No se ha avanzado en solidaridad?

Algo sí. No quiero personalizar, pero nadie ha hecho lo que yo he hecho. He recorrido todas las cofradías de Canarias, incluso las de Las Palmas que no estaban en la Federación, a conocer los problemas de la gente. Eso no lo había hecho ningún dirigente pesquero en esta tierra. Algo se ha avanzado en ese sentido. Bastante.

¿Qué cuota de atún rojo merece Canarias?

Novecientas toneladas. Cumplimos todos los parámetros que marca la directiva europea. Somos una región ultraperiférica, pesquera, pescamos de manera sostenible: un hombre, un anzuelo? Lo que no hay es un reconocimiento del Estado. Con mi dimisión se están frotando las manos.

¿Ha sido poco sensible el Ministerio a las particularidades del sector en Canarias?

La Secretaría General de Pesca está secuestrada por los poderes económicos de este país. Es una vergüenza. ¿Cómo es posible que les quiten el derecho de pesca a miles de padres de familia en Canarias para dárselos a auténticos privilegiados, cuando la Unión Europea dice otra cosa? Aquí no se apoya la pesca artesanal y sostenible; se están apoyando los métodos que pusieron en peligro los recursos pesqueros del Mediterráneo y a las almadrabas de Andalucía, que ya no son artesanales. Hay una ley que permite a los atuneros vascos vender un recurso que está salvaje en el mar. Hay que luchar por que el Gobierno de España tome de verdad las riendas de la Secretaría General de Pesca.

¿Ha estado la pesca un poco al margen de las políticas comunitarias para compensar la ultraperificidad?

Para acceder a la compra de un motor nuevo, un pescador tiene que presentar hasta los penales. Es casi imposible acceder a una subvención de la UE para poner un motor nuevo en un barco. A un ganadero que no ha producido un litro de leche le dan 45.000 euros a fondo perdido para que monte una granja. No estamos en contra de que se dé esa ayuda, pero sí del tratamiento que se da al sector pesquero.

¿Por qué se le da?

Porque no ha habido nadie que defienda al sector pesquero. Hemos perdido oportunidades extraordinarias en esta tierra.

La flota canaria es la más envejecida del país.

Hemos peleado por que haya fondos para seguir renovándola, y van a salir. Pero a veces nos encontramos con problemas burocráticos increíbles. Las ONG en Europa se oponen a que se renueven las flotas de las RUP. Les he dicho que están radicalmente equivocados. Hay que luchar para que esos fondos no vayan a donde no deben, pero las flotas artesanales deben renovarse. Los carpinteros de ribera tenían que haber sido apoyados por la Administración regional para que los barcos no se hicieran en la Península, sino aquí. Ahora se está haciendo. Si hubiera una verdadera política pesquera se habría hecho una economía circular alrededor de la pesca. Una verdadera política pesquera supone conocer la realidad del sector y a partir de ahí comenzar a trabajar por él. Narvay Quintero ha hecho algo en este sentido; no se han logrado todos los objetivos, pero algo ha cambiado.

¿Qué puede suponer el parque nacional marino para El Hierro?

No se puede seguir manipulando a la gente, que es lo que ha hecho el Cabildo El parque nacional marino sería la gran estrella para un turismo de auténtica calidad para la Isla. Eso sí, El Hierro es la única isla de Canarias que tiene un verdadero equilibrio turístico, y hay que luchar para que no se rompa. Donde se ha creado un parque nacional se ha generado riqueza, y en este caso no se va a tocar ni un centímetro del territorio. Queremos conocer el proyecto, los pros y los contras y la letra menuda. Estoy seguro de que si el Cabildo estuviera presidido por Tomás Padrón, el parque nacional marino hubiera sido una realidad hace más de tres años.