La inversión China en España alcanzó el pasado año 1.170 millones de dólares (1.020 millones de euros), lo que supone un incremento del 162% en relación al año 2017, frente al descenso experimentado en el conjunto de Europa del 72% o del 83% en Estados Unidos.

Según un estudio publicado por el despacho de abogados Baker McKenzie junto a Rhodium Group, España se sitúa en el sexto puesto por inversión en el continente, solo por detrás de Reino Unido, Suecia, Alemania, Luxemburgo y Francia.

Las cifras alcanzadas en 2018 se deben principalmente a transacciones relevantes, como la adquisición por parte de Orient Hontai Capital del 53,5% de Imagina Media, por 1.016 millones de euros (885 millones de euros), la quinta mayor inversión por tamaño en Europa realizada por compañías chinas el pasado año.

Por el contrario, en Estados Unidos la caída del interés chino es "especialmente llamativa", ya que ha pasado de captar 45.630 millones de dólares (39.750 millones de euros) en 2016 a 29.000 millones (25.260 millones de euros) en 2017 y 4.800 millones (4.180 millones de euros) en 2018, lastrada por la guerra arancelaria entre ambos países.

Esta situación ha provocado un endurecimiento de las restricciones a las operaciones procedentes de China por parte de las autoridades locales y las revisiones más estrictas de las condiciones para la inversión extranjera en EE.UU.

Por su parte, en Europa, aunque con un mejor comportamiento que en Norteamérica, las operaciones cerradas alcanzaron un importe total de 22.500 millones de dólares (19.600 millones de euros), tras descender un 70% respecto a un año atrás.

Las transacciones más relevantes llevadas a cabo por inversores del gigante asiático en Europa fueron la adquisición en Suecia del 8,2% de Volvo por parte de Zhejiang Geely Holding Group, por valor de 3.500 millones de dólares (3.000 millones de euros), la compra del 25% de Global Switch en Reino Unido por parte del consorcio Strategic IDC valorada en 2.800 millones de dólares (2.440 millones de euros) y la entrada de Legend Holding en el capital del Banque Internationale de Luxemburgo, adquiriendo el 89% por 1.800 millones de dólares (1.570 millones de euros).

Según la socia de M&A (fusiones y adquisiciones) de Baker McKenzie Maite Díez, pese a la incertidumbre y la volatilidad presente en los mercados financieros, el apetito inversor chino "ha aumentado notablemente en España, Suecia, Canadá, Alemania o Francia, donde no han dudado en llevar a cabo operaciones en activos de sectores en auge que aporten valor añadido a sus compañías así como presencia en mercados relevantes".

AUMENTAN LAS DESINVERSIONES

Las compañías chinas también vendieron activos a un ritmo "sin precedentes", tanto en Europa como en América del Norte en 2018, ya que completaron ventas por valor de 5.000 millones de dólares (4.350 millones de euros) en Europa y de 13.000 millones (11.300 millones de euros) en América del Norte.

Asimismo, en la actualidad hay activos por valor de 12.000 millones de dólares (10.450 millones de euros) puestos a la venta por compañías chinas. Desde Baker McKenzie señalan la campaña de limpieza y ajuste financiero en China como principal razón, ya que ha obligado a muchos inversores prominentes -que impulsaron gran parte del auge inversor en 2015 y 2016- a vender sus participaciones en el extranjero.

La ola de desinversiones se está llevando a cabo principalmente en EE.UU. y en sectores como el inmobiliario, industria hotelera y turismo y entretenimiento. Por tanto, contabilizando las desinversiones completadas, las entradas netas de capital chino en América del Norte arrojaron un saldo negativo de 5.500 millones de dólares (4.800 millones de euros) en 2018.