Ir a hacer la compra no es una tarea para tomársela a la ligera, todos sabemos que hay personas que, llenando la cesta con los mismos productos, son capaces de gastar menos dinero y, de esta forma, consiguen llegar a fin de mes de una forma mucho más holgada. Para tratar de ayudar a todos aquellos que todavía no están tan acostumbrados a hacer la compra de una forma más eficiente, he aquí algunos trucos infalibles.

  • Recurrir a Ofertero. Sí aún no sabes lo que es, éste es el mejor momento para descubrirlo entrando en su página web. En ella aglutinan todos los folletos que pueden ser de interés con artículos en promoción, descuentos... algo parecido a folletos que suelen llegar a los buzones de nuestras casas con artículos en promoción o lo que, de vez en cuando, vemos en los supermercados. Pues aquí están todos juntos para poder acceder a ellos de una forma sencilla e intuitiva y saber dónde tener que ir a comprar y el qué en tan sólo un vistazo. Por ejemplo, tienen el folleto del Carrefour, el folleto del Lidl así como el del Día, Eroski, etc., y también de diferentes empresas de ropa, calzado, electrónica o cosmética accesibles en Internet gracias a esta plataforma.
  • Contar con una lista. No es cuestión de no darse nunca un capricho pero lo que seguro que no saldrá rentable es ir sin haber planificado antes y, si encima, se va con hambre, peor. La idea es ir con una base sobre lo que sí que se necesita seguro. Después, si se quiere comprar alguna otra cosa, todo será cuestión de ver si en esa ocasión merece la pena o no.
  • Páginas de descuentos. Se popularizaron mucho hace unos años pero todavía hay personas que ni saben que existen o que nunca han recurrido a ellas. Cada empresa suele lanzar (al menos una vez al año) un código de descuento para tratar de captar más clientes y hacer así que aumenten sus ventas. Si se está atento se puede emplear cuando se efectúe la compra. El problema es que suele ocurrir que no siempre cuando se conoce ese código se quiere emplear y, al final, entre tantos de ellos se olvida cuál es el que interesa. Es así como empezaron a surgir diferentes páginas web que se encargan de recopilar todos ellos. Tan sólo hay que echar un vistazo para saber, en el caso de la compra deseada, si se puede aplicar alguno de ellos.
  • Conocer los productos de temporada. Es cierto que vivimos en una sociedad donde se puede adquirir prácticamente cualquier cosa en cualquier momento del año, pero no lo es menos que existen ciertos tipos de productos que tienen una temporada muy concreta, como pasa con las frutas, las verduras o las hortalizas. Por norma general, cuando eso ocurre, sus precios suelen resultar más económicos. Es cuestión de saber aprovechar esto y de buscar sustitutos entre sí.
  • Las marcas blancas. Todavía hay gente que mira con ciertos reparos a las marcas blancas, incluso cuando se ha demostrado que en algunos casos se trata, exactamente, del mismo producto pero con un diferente empaquetado. Tan sólo habrá que dar una oportunidad a este tipo de productos. Por supuesto, no todos ellos son igual de buenos, pero aquí no queda más que ir viendo y descartando. Al final, supondrá una gran diferencia al final de cada mes.
  • Comparadores de ofertas. Es probable que se tenga una idea concreta en mente, por ejemplo, de cara a hacer un regalo el Día de San Valentín o por un cumpleaños y se sabe que, un mismo bien o servicio, puede contar con diferentes precios, dependiendo de a qué empresa se recurra. Como la tarea de revisar todas aquellas que lo ofrecen resultaría de lo más pesada, la mejor solución pasa por contar con un comparador de ofertas. También lo hay por categorías y, en ellos, se puede especificar un bien o servicio en concreto para saber cuál es la empresa que cuenta con el precio más bajo.