El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz ha prorrogado hasta un máximo de dos años más la prisión provisional para el líder de Ausbanc, Luis Pineda, que ya lleva 2 años en la cárcel y que está procesado por extorsionar y amenazar a bancos y empresas con acusaciones judiciales o mala publicidad.

Fuentes jurídicas han informado de que el juez Pedraz -con el visto bueno de la Fiscalía- ha adoptado esta decisión en un auto después de que esta semana se celebrase una vista en la Audiencia Nacional, a la que compareció Pineda por videoconferencia desde la cárcel.

Son casi dos años los que el líder de Ausbanc lleva en prisión preventiva, tras ingresar el 18 de abril de 2016, y, según prevé la ley, el juez instructor puede prorrogar esta situación dos años más hasta alcanzar el tope de cuatro años.

Pineda es el único de los 14 procesados que sigue en la cárcel, en tanto que el secretario general del pseudosindicato Manos Limpias, Miguel Bernad, fue excarcelado el pasado mes de diciembre.

Ambos están procesados junto con otras 12 personas, entre ellas la abogada Virginia López Negrete -que acusó a la infanta Cristina en Nóos-, por la supuesta trama de extorsión a cambio de retirar acusaciones, incluida la de la infanta a cambio de tres millones de euros, y por presionar a bancos.

Un total de 118 años y 5 meses de prisión pide la Fiscalía para Pineda, casi 25 años para Bernad, y cerca de 12 para la abogada López Negrete, por delitos de extorsión y organización criminal, entre otros.

Por el momento, el caso está pendiente de los recursos contra el auto de procesamiento, paso previo a la apertura de juicio oral. Una vez resueltos, las defensas deberán presentar sus escritos, tras lo que la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional podrá fijar fecha de celebración, señalan las citadas fuentes.

El juez cree Pineda lideró una organización criminal para sustraer dinero utilizando la "cobertura de defensa de los consumidores" que le daba Ausbanc y se dedicaba a coaccionar a entidades bancarias y empresas con amenazas de acusaciones judiciales de Manos Limpias o de hacer mala publicidad de ellas.

Así, usó y también financió al pseudosindicato liderado por Miguel Bernad "para reforzar dicha coacción" y lanzar amenazas de querellas contra las entidades coaccionadas o promesas de retirada de esas acusaciones.

Contaba para ello "con el apoyo y el beneplácito" de Bernad, dice el juez en su auto de procesamiento, a quien "en cierto modo, controlaba y manejaba".