Los líderes de la eurozona han constatado este viernes sus diferencias sobre la creación de un fondo anticrisis para la eurozona, un tema que el presidente del Consejo europeo, Donald Tusk, ha calificado como "controvertido", y han insistido en que la "prioridad política más urgente" es fortalecer la unión bancaria.

La Comisión Europea prevé presentar en mayo una propuesta para crear una capacidad fiscal que pueda, por ejemplo, apoyar la inversión en países que sufren un momento de crisis económico. Pero se trata de una cuestión que divide a los países de la moneda única, que prefieren centrar sus esfuerzos en otros puntos en los que existe mayor consenso.

"Muchos de los temas que hemos debatido, como una capacidad fiscal para la zona euro, son controvertidos, pero veo caminos para explorar", ha explicado el polaco en una rueda de prensa posterior a la cumbre del euro.

"En junio volveremos para tomar decisiones concretas y dar orientaciones sobre el camino que tenemos por delante. La prioridad política más urgente sigue siendo fortalecer la unión bancaria y desarrollar aún más el MEDE (Mecanismo Europeo de Estabilidad). Ese es mi objetivo", ha añadido Tusk.

El presidente del Eurogrupo, Mário Centeno, ha explicado a los diecinueve líderes de la eurozona los avances conseguidos a nivel de ministros sobre la futura arquitectural del euro. Durante estos meses, los responsables de Economía de la eurozona han centrado sus debates en aprobar medidas para reducir los riesgos del sector bancario y en transformar el MEDE en un Fondo Monetario Europeo.

Otros temas, como precisamente la creación de un fondo anticrisis o la creación de la figura de un ''superministro'' de Economía de la eurozona son consideradas como acciones a mayor largo plazo porque cuentan con un menor respaldo entre los socios del euro.

El primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte, es uno de los más críticos con esta medida. "Queremos que las reglas de la zona euro sean respetadas por todos los Estados miembros antes de que la UE reflexiones sobre reformas institucionales, algunas pro tanto no son necesarias", ha expresado.

La posición del holandés contrasta con la de otros países como Francia, cuyo presidente Emmannuel Macron ha dicho ser "consciente" de la necesidad "económica y política" de tener un mecanismo para acompañar a gobiernos y países que hacen reformas".

Por su parte, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha defendido que la eurozona "necesita un presupuesto común y una capacidad fiscal que pueda apoyar a los países en momentos de crisis".

Sin embargo, Rajoy también ha advertido de que "para poner en marcha un mecanismo de este tipo es necesario que las economías europeas sean competitivas y que apliquen políticas fiscales responsables". "Es decir, presupuesto y responsabilidad en la gestión de nuestras economías están ligados", ha opinado.

La canciller alemana, Angela Merkel, ha reconocido por su parte que son necesarios "progresos rápidos" para completar la unión bancaria y la unión para el mercado de capitales. Además, ha explicado que el eje franco-alemán continuará sus conversaciones bilaterales en las próximas semanas con el objetivo de que ambas potencias puedan presentar en junio una posición común sobre el futuro de la eurozona.