El ministro de Hacienda y Función Pública, Cristóbal Montoro, ha negado este lunes que el Gobierno tenga planeado crear una figura impositiva con carácter temporal para gravar a las grandes corporaciones tecnológicas porque, entre otras cuestiones, no tendría "capacidad de implantarlo", y ha subrayado que es necesario "hacerlo en un consorcio mucho más amplio".

"No se puede hacer desde un país, hay que hacerlo en un consorcio dentro de la estrategia llamada BEPS --se refiere a las estrategias de planificación fiscal-- de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos)", ha concretado el titular de Hacienda en declaraciones a la Cadena Cope recogidas por Europa Press.

A pesar de que se está debatiendo la situación fiscal y tributaria de estas grandes compañías tecnológicas (como Facebook, Apple, Amazon, Google o Microsoft) y de que la creación de una figura impositiva temporal es una de las opciones que se están tratando a nivel internacional, a día de hoy el Ministerio de Hacienda no se plantea la creación de un impuesto en ese sentido, ya que España está esperando las indicaciones de la OCDE.

"Somos Unión Europea y ya hicimos una carta los cinco ministros de Hacienda de los países más grandes apuntando a que las tecnológicas, en definitiva todas las multinacionales, paguen impuestos donde están generando actividad y donde están generando beneficios", ha explicado.

En la misma línea, ha recalcado que se está trabajando a nivel internacional en esta cuestión para que las grandes tecnológicas como Apple o Google paguen impuestos --"tienen que pagar más", ha subrayado el ministro-- y ha recordado que será abordado en el G-20 porque "es una estrategia común".

La subdirectora general de Fiscalidad Internacional, María José Garde, ha explicado este mismo lunes que la OCDE va a presentar un informe en el mes de abril al G-20 sobre la economía digital, cuyo primer borrador presentará en el mes de marzo y del que se desprende que hay "apetito" por gravar de forma consensuada y a nivel internacional el beneficio que generan las empresas tecnológicas en los distintos países en los que operan.

Estos pasos para gravar la economía digital se vienen produciendo desde el año pasado, cuando los cuatro grandes países del euro (Alemania, Francia, Italia y España) lanzaron una iniciativa conjunta para que las grandes multinacionales tecnológicas tributen por el volumen de negocios que registran en Europa.