El ministro español de Economía, Luis de Guindos, propone añadir el peso de la deuda pública en términos de producto interior bruto (PIB) como criterio suplementario para fijar límites al gasto público en los países de la eurozona.

En una entrevista publicada hoy por el diario económico francés "Les Echos", Guindos se pronunció en favor de incorporar ese indicador como regla para el gasto público, en un momento de debate sobre si hay que dejar de centrarse en el objetivo de que el déficit no supere el 3 % del PIB, fijado en el Pacto de Estabilidad.

"Lo importante es que todos hayamos hecho un esfuerzo considerable para el restablecimiento de las cuentas públicas", destacó antes de señalar que espera que tanto España como Francia puedan salir este año del procedimiento de déficit excesivo, tras ser los dos últimos que incumplían esa regla del 3 % del déficit.

El ministro, candidato a la vicepresidencia del Banco Central Europeo (BCE), subrayó que "la eficacia de la política monetaria" de esa institución "ha sido incontestablemente uno de los factores de crecimiento en Europa", que es ahora "el mejor de los últimos diez años" y con "perspectivas favorables".

Pero añadió que esa política de bajos tipos de interés y compra masiva de títulos de deuda no lo puede todo, sino que sigue siendo "fundamental poner en marcha reformas económicas para mejorar la competitividad y la productividad en Europa".

A ese respecto, presumió de su experiencia en los últimos años en España, donde "hemos demostrado que cuando se hacen reformas económicas para sanear el sector financiero y mejorar el marco del mercado de trabajo para facilitar el crecimiento de la productividad, esas políticas dan resultados".

En concreto, la economía española tiene "un crecimiento de más del 3 % desde hace cuatro años" con un ritmo de creación de empleos de 500.000 al año.

Guindos dijo que las buenas perspectivas económicas en Europa abren "una extraordinaria ventana de oportunidad para hacer avanzar el proceso de integración", que debe combinarse con "nuevos instrumentos para limitar la generación de riesgos asimétricos".

Eso significa "concluir la unión bancaria" con un sistema de garantía de depósitos único y una supervisión única, pero también "mecanismos para evitar la controversia" entre los países deudores y los acreedores, que temen tener que asumir demasiados riesgos si se mutualizan las deudas de todos.

El ministro español también señaló que es necesario un nuevo instrumento para actuar "de forma anticíclica frente a la posibilidad de choques asimétricos".

Eso pasa en primer lugar por la reducción y la eliminación de los créditos dudosos, y luego porque los bancos europeos dispongan de "colchones" con emisiones de deuda subordinada que eviten que haya que inyectar dinero público en caso de dificultades.