La petrolera Royal Dutch Shell informó hoy de que su beneficio atribuido subió el 184 % en 2017 (casi el triple) frente al año anterior hasta alcanzar 12.977 millones de dólares (10.468 millones de euros) ayudado por la recuperación de los precios del crudo.

En un comunicado remitido hoy a la Bolsa de Valores de Londres, Shell señala que el año anterior había registrado un beneficio atribuido de 4.575 millones de dólares (3.687 millones de euros).

Los ingresos de la empresa llegaron a 305.179 millones de dólares (246.187 millones de euros) en 2017, un ascenso del 34,64 % frente a 2016, mientras las adquisiciones se situaron el año pasado en 223.447 millones de dólares (188.158 millones de euros).

El beneficio antes de impuestos se situó en 2017 en 18.130 millones de dólares (14.612 millones de euros), frente a los 5.606 millones de dólares (4.518 millones de euros) en 2016.

La deuda de la petrolera se situó al 31 de diciembre de 2017 en 11.795 millones de dólares (9.506 millones de euros), mientras que el total de activos alcanzó en el año los 407.097 millones de dólares (328.120 millones de euros).

Según la petrolera, los resultados respondieron al repunte de los precios del crudo al llegar a los 70 dólares el barril por primera vez en más de tres años, gracias a un recorte del suministro por parte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

El consejero delegado de Shell, Ben van Beurden, dijo hoy que "2017 ha sido un año de fuerte rendimiento financiero para Shell. Un año de transformación" y agregó que la empresa empieza 2018 con una "continua disciplina y confianza, comprometida a entrar unas sólidas ganancias".

La empresa añadió que también se benefició de una mayor producción en nuevos campos petrolíferos y que completó la venta de su negocio LPG en Hong Kong y Macau.