El canal de televisión internacional RT (antiguo Russia Today) se registrará como agente extranjero en Estados Unidos, tal como le ha exigido el Ministerio de Justicia de ese país, anunció la directora del medio ruso, Margarita Simonián.

"El Ministerio de Justicia no nos ha dejado otra opción. Si no nos registramos como agente extranjero, el director del canal en EEUU puede ser arrestado, al igual que las cuentas de la compañía. En esas condiciones nos vemos obligados a registrarnos como agente extranjero", dijo Simonián, citada por la página web de RT.

Hasta ahora, la directora del medio ruso siempre había sostenido que RT se marcharía de EEUU antes que registrarse como agente extranjero, un estatus que limitará mucho su actividad en territorio estadounidense.

Washington, que ve a RT como uno de los brazos ejecutores de la propaganda del Kremlin, ha dado de plazo hasta el próximo lunes 13 de noviembre para que el canal se registre como agente extranjero.

"Consideramos que esta exigencia es contraria a la ley y nuestra intención es demostrarlo en los tribunales. Esta exigencia es discriminatoria, va en contra de los principios democráticos y la libertad de expresión", afirmó Simonián.

La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, anunció anoche que la respuesta rusa no se hará esperar.

"Hemos preparado las medidas de respuesta sobre la base de la ley rusa. A partir de la semana que viene empezaremos a ponerlas en práctica", dijo la diplomática.

Moscú ha dejado claro que no hará distinciones entre medios públicos, aquellos que recibe alguna clase de financiación estatal, y los que son puramente privados.

El ministerio de Justicia ruso ya ha advertido a la emisora Radio Liberty y al canal de televisión Current Time, ambos estadounidenses, de que su actividad en el país puede ser limitada si son incluidos en la lista de organizaciones calificadas como "agentes extranjeros".

En EEUU el canal de televisión ruso -que emite en inglés, español y árabe- y también la agencia Sputnik son vistos como instrumentos de la propaganda rusa y de la injerencia en sus asuntos internos, como ocurrió en las elecciones presidenciales de 2016.