El presidente de Santander España, Rodrigo Echenique, ha reconocido hoy que trasladó al expresidente de Abengoa Felipe Benjumea "la falta de confianza en su gestión" por parte de las entidades que iban a apoyar la ampliación de capital, aunque ha matizado que el cese del empresario "no fue una condición" al no tener potestad para ello.

En calidad de testigo, Echenique ha asegurado que comunicó a éste que "mientras estuviera al frente era imposible que progresara" la ampliación, operación para la que Benjumea, acompañado de su hermano y exconsejero de la compañía, Javier, solicitó personalmente en agosto de 2015 la ayuda del Santander con el fin de solucionar lo que le dijo era una situación "muy tensa, difícil" y "bastante dramática" para Abengoa.

"En aquella primera reunión en mi casa les dije que sí, pero que no podíamos ayudarlos solos", ha explicado el también vicepresidente del Santander, que ha aseverado que finalmente accedieron a dar su apoyo al tratarse de una firma "muy importante para España, para Sevilla y para nosotros, por su antigua relación con el Banco Hispano Americano", hoy integrado en el grupo financiero.

Ante la sección cuarta de la sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, Echenique ha afirmado que Benjumea, para quien la Fiscalía pide cinco años de cárcel por presunta administración desleal, "no opuso resistencia" a su salida y dijo que "haría lo que fuera más conveniente para la compañía".

Al respecto, ha insistido en que sólo se dirigió a éste "para hacerle una observación del mercado, no la nuestra propia", la cual comunicó además al que fuera consejero coordinador y miembro de la Comisión de Nombramientos y Retribuciones, Antonio Fornieles, también presente en esta causa y para quien el Ministerio Público pide tres años y medio de cárcel.

Ha aclarado que "en ningún momento" el Santander intervino "en las condiciones económicas" por las que el hasta entonces presidente, que percibió 11,4 millones de euros en concepto de indemnización, fue cesado en septiembre de 2015, y ha apuntado que entendieron que "nadie tenía que decirnos nada" al respecto "porque no era cosa nuestra".

Sobre la imagen de la multinacional sevillana, especializada en energías renovables, Echenique ha señalado que en ese periodo, apenas dos meses antes de que Abengoa solicitara el preconcurso de acreedores, "las cuentas no estaban claras", y ha destacado que los bancos lamentaron la tardanza de la auditora KPMG a la hora de remitir el informe acerca de la situación económica.

En este sentido, ha matizado que la deuda de la compañía en noviembre de ese año no superaba los 1.200 millones de euros, y aunque ha asumido que Santander "perdió mucho dinero", ha obviado dar detalles por razones de confidencialidad.

El director general de banca global de HSBC, Pablo López, ha dicho que su entidad, que junto con Santander y Crédit Agricole se habían comprometido a asegurar 465 millones de euros de la ampliación, "jamás" propuso un cambio en la presidencia, y se ha mostrado "convencido" de que no firmaron el contrato de la operación cuando Benjumea todavía estaba al frente "por otras condiciones".

Por su parte, Carlos Sundheim, integrante del Consejo en la época, ha relatado que a mediados de 2015 "se intuía que podía haber falta de liquidez" en la sociedad por la precarización de los mercados latinoamericanos en los que Abengoa tenía presencia, argumento en el que ha coincidido con José Joaquín Abaurre, que ha hablado del cese de Benjumea como "una de las decisiones más importantes" de su vida.