España ha descendido 26 puestos en el índice mundial de libertad económica, hasta situarse en el 69 de un total de 178 países, frente al 43 que ocupaba un año antes, por el aumento de la corrupción y por las trabas a la libertad de negocio y comercio.

Según el índice presentado hoy por la Fundación FAES, que elabora anualmente The Heritage Foundation y The Wall Street Journal, la puntuación de España ha empeorado drásticamente al caer el indicador 4,9 puntos hasta los 63,6, aunque aún se encuentra por encima de la media mundial de 60,9 puntos.

Sin embargo, España se sitúa muy por debajo de la media europea de 68 puntos, ya que dentro de los 43 países europeos España se coloca en el puesto 31.

De acuerdo con el estudio, el retroceso de España se ha producido por la peor puntuación obtenida en los indicadores referentes a la libertad de negocio, la libertad de comercio y la integridad del Gobierno (corrupción).

Sin embargo, la nota ha mejorado en los indicadores referentes a libertad monetaria, libertad laboral y en los derechos de propiedad, mientras que se ha mantenido en eficacia judicial, salud fiscal, libertad de inversión y libertad financiera.

El autor del informe, James Roberts, ha explicado que la recuperación económica sigue siendo vulnerable a retos asociados a asegurar la estabilidad fiscal y a restaurar la competitividad del sector financiero.

En su opinión, la economía española ha experimentado una mejora propiciada por reformas estructurales como la del mercado laboral y por los esfuerzos por reducir "el ineficiente y desmesurado" tamaño del sector público, aunque entre sus puntos débiles se encuentra el elevado nivel de deuda pública y la alta tasa de morosidad bancaria.

Al acto de presentación de índice ha acudido el expresidente del Gobierno y presidente de FAES, José María Aznar, quién ha recordado los beneficios de vivir en un mundo globalizado, ya que aquellos países que tienen un mayor nivel de libertad económica también "registran mayores niveles de renta per cápita, de esperanza de vida y de bienestar general".

Aznar ha asegurado que es esencial lanzar reformas más ambiciosas para alcanzar una mejor libertad económica, ya que según ha comentado también existen "reformas malas" como las que se tomaron en España a partir del 2004, que hicieron que el mercado económico español fuera "más cerrado e inflexible".

En opinión del expresidente la economía abierta, el estado de derecho, el sistema educativo, un estado fuerte y la libertad para comerciar internacionalmente "son indispensables para el desarrollo" y ha destacado que en los últimos 20 años la globalización ha permitido que más de 800 millones de personas hayan superado el umbral de la pobreza.