La italiana Banca Popolare di Vicenza (BPVi), que ha solicitado una recapitalización cautelar con dinero público, anunció hoy que sus pérdidas en 2016 aumentaron hasta los 1.902 millones de euros, un 35 % más que en el ejercicio precedente.

La entidad, controlada en un 99,33 % por el Fondo Atlante, creado con fondos privados para ayudar al sector bancario, atraviesa una delicada situación económica que pretende solventar con una serie de acciones incluidas en su Plan Industrial para el periodo 2017-2021.

Para su reestructuración, el banco de Vicenza pretende reforzar su posición patrimonial, solicitando la ayuda del Estado, y llevar a cabo una fusión con Veneto Banca, lo que considera "una condición indispensable".

BPVi ha comunicado al Ministerio de Economía, al Banco de Italia y al Banco Central Europeo su "intención de acceder al apoyo financiero extraordinario y temporal por parte del Estado italiano", a una recapitalización cautelar.

"Esta intervención es considerada como la opción más realista para la recapitalización, ya que las operaciones de mercado parecen difícilmente realizables", según un informe publicado hoy por la entidad bancaria.

Sin embargo, en el documento se subraya que será "un proceso articulado y complejo" que necesita el permiso de la Comisión Europea, cuya decisión "en este momento es incierta", y añadió que actualmente "se trabaja para que esta intervención se efectúe lo antes posible".

Tanto BPVi como Veneto Banca han solicitado la "recapitalización cautelar" por parte del Estado, una medida prevista en la normativa europea (Bank Recovery and Resolution Directive, BRRD) en casos excepcionales para remediar una grave perturbación de la economía de un Estado miembro y preservar la estabilidad financiera.

Para esto el Gobierno italiano aprobó el pasado diciembre un decreto dotado con 20.000 millones de euros que podrán ser destinados a ayudar a entidades con problemas de solvencia.

No obstante, para acceder a esta ayuda temporal con dinero público, los dos bancos deben demostrar que son viables y sus planes de reestructuración, que incluyen la fusión de las dos entidades, deben ser aprobado por la Comisión Europea.