Convertido en uno de los ejecutivos españoles más internacionales, Marcos de Quinto deja Coca-Cola después de tres décadas en la multinacional y de llegar a la cima de la compañía con sede en Atlanta, hasta donde se trasladó para liderar el área de Marketing y ocupar una de las vicepresidencias.

Motero empedernido, participante en varias ediciones del rally "Dakar" y de algún que otro cameo en la gran pantalla, el polifacético Marcos de Quinto no era un alto directivo al uso. Más bien actuaba como un verso libre, como demuestra su pasión "tuitera", donde no esconde sus opiniones -también políticas- y que le ha llevado a protagonizar sonadas polémicas.

Nacido en Madrid en 1958, se licenció en Economía por la Universidad Complutense de Madrid y cuenta con un MBA por el Instituto de Empresa.

Entró en Coca-Cola en 1982, y durante seis años pasó por diferentes responsabilidades en el área del Marketing en España, tras lo que dejó por primera y única vez -hasta hoy- la compañía para trabajar en la agencia BSB Advertising como director del Sur de España.

Su regreso se produjo en 1990, ya como director de Servicios de Marketing de Coca-Cola para el mercado nacional. Entre 1992 y 1995 fue responsable de la división de esta misma área para la zona occidental y el Sudeste de Asia, después ocupó el mismo cargo en Alemania durante un año y posteriormente fue ascendido a "manager" regional en España.

Entre el 2000 y el 2014 fue presidente de la unidad de negocio en la Península Ibérica, un período especialmente convulso en el último tramo, ya que le tocó lidiar con la fusión de las diferentes embotelladoras españolas y con la presentación de un ERE -posteriormente declarado nulo por la Justicia- que levantó en armas a los sindicatos.

Para la propia compañía, la fusión de las embotelladoras era un proyecto crítico y relevante, por lo que su consecución reportó crédito a De Quinto. Nombrado en un principio responsable de Marketing de la compañía a nivel global, pasaron sólo dos meses hasta que fue ascendido a vicepresidente.

Fuentes de la multinacional han explicado que el español continuará colaborando con la firma durante los próximos meses en calidad de asesor del todavía director de Operaciones, James Quincey, quien asumirá el cargo de consejero delegado el 1 de mayo.

Durante los dos años y medio que trabajó en Atlanta, De Quinto fue el "arquitecto responsable del desarrollo y ejecución de la nueva estrategia de Coca-Cola para unificar las marcas a través de la campaña ''Siente el sabor''", señaló recientemente la firma en un comunicado.

Sólo en 2016, la retribución del hasta ahora vicepresidente ejecutivo de la multinacional ascendió a 7,2 millones de euros: 730.000 euros de salario base, unos 3 millones en acciones, 776.000 euros en opciones sobre acciones, casi 1,1 millones por objetivos, 430.000 euros de aportación al plan de acciones y 1,2 millones en concepto de "otras compensaciones".

Sin embargo, el propio De Quinto recordó públicamente en varias ocasiones el "sacrificio personal" que supuso su traslado a Atlanta. De hecho, él mismo descartó los rumores que apuntaban a la posibilidad de ser nombrado presidente de Coca-Cola, y aseguró que preferiría regresar a España.

Reputado conferenciante y amante de la poesía, utiliza con frecuencia la red social Twitter, donde no le importa pisar algún que otro charco. Como en diciembre, cuando se dirigió al cineasta Fernando Trueba para comparar el boicot a su última película con el realizado contra Coca-Cola por causa del ERE de 2014, iniciativa que el director de cine apoyó en su momento.

Tampoco dejó indiferente su rifirrafe con el líder de Podemos, Pablo Iglesias, a quien dijo en enero que apoyaría a su rival Íñigo Errejón si éste dejaba de hacer campaña contra la compañía.

Considerado un gurú en materia de publicidad, el propio De Quinto se reconoce a sí mismo como alguien "indisciplinado", una especie de verso libre que ahora se despide de la marca global por excelencia.