La Reserva Federal (Fed) comenzó hoy su reunión de dos días sobre política monetaria, que ha generado una gran expectación ante una probable subida de los tipos de interés, la primera desde que Donald Trump llegó a la Casa Blanca.

Los recientes indicadores económicos, especialmente el repunte de la inflación, han impulsado a la Fed a coordinar un mensaje claro sobre la inminencia de una nueva ronda de ajuste monetario.

Los tipos de interés se encuentran en Estados Unidos en el rango de entre el 0,50 % y el 0,75 %, tras la subida de diciembre pasado, y los mercados sitúan las probabilidades de un nuevo alza mañana en el 90 % tras el sólido dato de desempleo del viernes pasado y una tasa interanual del índice de precios por encima del 2 %.

El comunicado de política monetaria se divulgará a las 14.00 hora local (18.00 GMT), a la vez que se darán a conocer las nuevas previsiones macroeconómicas del organismo, y media hora después la presidenta de la Fed, Janet Yellen, ofrecerá una rueda de prensa.

Todas las miradas estarán puestas en su palabras, particularmente en si ofrece indicios sobre un cambio de expectativas sobre el ritmo de ajuste monetario en EEUU.

A comienzos de mes, Yellen se salió de su habitual cautela para dejar clara la disposición del organismo a encarecer el precio del dinero a comienzos de marzo.

"En nuestro encuentro más adelante este mes, el Comité Federal de Mercado Abierto de la Fed evaluará si el empleo y la inflación continúan evolucionando según nuestras expectativas, en cuyo caso otro ajuste monetario sería probablemente apropiado", dijo en una conferencia en el Club de Ejecutivos de Chicago.

También fue poco habitual que Yellen reconociese que, "dado lo cerca que estamos de nuestros objetivos de mandato (fomento de pleno empleo e inflación del 2 % anual), y en ausencia de nuevos acontecimientos que puedan empeorar sustancialmente las perspectivas económicas, el proceso de retirada del estímulo probablemente no sea tan lento como el que se produjo en 2015 y 2016".

En los dos años anteriores se llevaron a cabo solo dos rondas de ajuste anuales y para 2017 la Fed anticipa hasta tres.

La razón para acelerar la retirada del estímulo monetario se encuentra en una economía estadounidense con una tasa de desempleo del 4,7 %, en niveles cercanos al pleno empleo, y una inflación que ha superado por primera vez desde 2011 el límite del 2 % anual.

A esto contribuye, además, la agenda económica del presidente Trump de llevar a cabo un multimillonario empujón fiscal a través un agresivo plan de gasto público en infraestructura y defensa y recortes de impuestos.

Pese a que sus propuestas aún son provisionales y carecen de muchos detalles, los mercados han apostado que tendrán como resultado un alza en el crecimiento de la economía estadounidense, que registraba hasta ahora tasas anuales de entorno al 2 %.

Los economistas consideran que estas propuestas son un receta básica para el sobrecalentamiento de la economía y el aumento de las presiones inflacionarias, de ahí la disposición de la Fed a actuar con rapidez.

"Si la economía comienza a recalentarse y las presiones sobre los salarios aumentan aún más, la Fed puede optar por perseguir una senda de subidas de tipos más abrupta para asegurar que se contienen las futuras presiones inflacionarias", dijo Madhavi Bokil, vicepresidente de Moody''s, en una nota a sus clientes.

Wall Street lleva varias semanas pulverizando sus propios máximos históricos, lo que ha provocado que pesos pesados del banco central como William Dudley, presidente de la Fed de Nueva York, haya apoyado la idea del alza de tipos antes de lo previsto anteriormente.

Dudley, quien representa a Wall Street, afirmó este mes que "el argumento para un ajuste monetario se ha convertido en mucho más convincente" y advirtió de que el auge bursátil tras la victoria presidencial de Trump no está respaldado por los datos.