El Gobierno de Islandia pondrá fin este martes a todas las restricciones que desde hace ocho años limitaban el libre movimiento de capitales por parte de empresas, particulares y fondos de pensiones, después de que los controles impuestos a consecuencia del colapso de los principales bancos del país en octubre de 2008 y que llevó a su nacionalización en 2009, hayan permitido estabilizar la cotización de la moneda y la economía islandesa, completando el retorno de Islandia a los mercados financieros internacionales.

"Esta decisión representa un primer paso crucial en la estrategia del nuevo Gobierno para el futuro financiero del país y ahora podemos mirar hacia adelante con una economía más sana, fuerte y diversificada", indicó el ministro de Finanzas islandés, Benedikt Jóhannesson, quien apuntó que la medida ha sido posible también por la actualización de las normas sobre tipos de cambio y los mayores requisitos de reservas fijados a la entrada de divisas.

Durante el último año, el Gobierno y el banco central islandés habían venido levantando estos controles de forma gradual mediante un proceso enfocado a proteger la divisa y atemnperar las sacudidad a la economía del país, incluyendo la introducción de una nueva normativa por parte del instituto emisor respecto a los tipos de cambio y para limitar el impacto del ''carry trade''.

El Ministerio de Finanzas de Islandia ha subrayado que los controles de capital impuestos en 2008 estabilizaron la moneda y la economía islandesa "evitando una crisis generalizada" al proteger a la economía del país de una "severa depreciación" de su moneda. La medida, que contó con el respaldo del FMI, permitió reducir el impacto de las graves turbulencias a corto plazo sobre los ciudadanos islandeses y los tenedores extranjeros de coronas islandesas.

Además de acabar con los controles de capital, el Banco Central de Islandia ha llegado a un acuerdo con los tenedores ''offshore'' de activos denominados en coronas islandesas sujetos a restricciones y un valor aproximado de 90.000 millones de coronas (783 millones de euros) con el fin de salvaguardar a la economía islandesa de la inestabilidad financiera potencial relacionada con el tipo de cambio.

La entidad adquirirá activos extranjeros denominados en coronas mediante sus reservas de divisas, que se encuentan en máximos históricos, e indicó que aquellos poseedores de activos denominados en coronas que no hayan aceptado la oferta del Banco Central de Islandia podrán hacerlo durante las próximas dos semanas.

Según las estimaciones del propio banco central islandés, los activos ''offshore'' denominados en coronas islandesas alcanzaban los 200.000 millones de coronas islandesas (1.740 millones de euros) a finales de febrero de 2017 y se espera que tras completar las transacciones previstas esta cifra se reducirá a la mitad.

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Entre septiembre y octubre de 2008, arrastrados por las turbulancias financieras desatadas por la quiebra de Lehman Brothers, el Gobierno de Islandia tuvo que acudir al rescate de los tres mayores bancos del país, cuya nacionalización culminó en 2009, viéndose obligado a recibir asistencia del FMI, préstamo que devolvió de forma anticipada en 2015.