La excesiva duración de la crisis sigue perjudicando a los más débiles. Los autónomos y las pymes sufren las consecuencias de la escasa o nula ayuda gubernamental, el aumento de los tipos impositivos de la banca, el stand by del flujo de dinero, etc. El comercio se debilita iniciando un círculo vicioso que gira, atrapando a cada vez más empresarios y emprendedores.

Este brazo destructor de la escasez de medios y posibilidades lleva, inevitablemente, a que los más afectados, por la inercia de la mala gestión de los gobiernos, tengan problemas para realizar los pagos correspondientes a sus proveedores. Esto es algo que hay que conocer para evitar realizar transacciones económicas con estos y evitar que afecte a nuestra propia empresa.

Para conocer el estado de las empresas con las que vamos a iniciar algún tipo de negocio, debemos recurrir, en primera instancia, al fichero de morosos, lo que nos va a dar una idea de su estado financiero y de su comportamiento con otras empresas proveedoras. Este conocimiento nos va a ayudar a prevenir impagos, pues la empresa ya prevenida podrá realizar las gestiones previas necesarias para el cobro de deudas si el impago llegara a producirse.

Agencias como Icired, que acabamos de reseñar en el párrafo anterior, ofrecen un método único para solventar rápida y ágilmente la situación de morosidad, el cobro de deudas y la reclamación de impagos, convirtiéndola en el mejor instrumento para evitar pérdidas de tiempo innecesarias y situaciones complicadas que derivan la atención de cosas más importantes para el correcto funcionamiento de la empresa.

Y es que España sufre una auténtica epidemia relacionada con los impagos, superando en un 15 % la cantidad total de lo que deben los particulares y empresas a las entidades financieras, la más alta de los últimos cincuenta años, y con expectativas de seguir creciendo en los próximos tres o cuatro años. Estas cifras hacen más que probable que cualquier empresa llegue, tarde o temprano, a enfrentarse con una situación de impago. Contar, por tanto, con agencias como Icired es un valor añadido a la gestión general de la empresa, ya que procurará de forma eficaz la introducción de capital, gracias a los cobros a morosos.

Como todos sabemos, el aumento de la mora hizo que los bancos cerraran de golpe el grifo de los créditos, lo que desestabilizó aún más el precario equilibrio en el que las pequeñas y medianas empresas se mantenían para sobrevivir, abriéndose una guerra sin cuartel para reclamar las deudas existentes entre empresas, donde Icired es líder absoluto en la consecución de resultados positivos.

Gestiones para cobrar una deuda

Cuando desgraciadamente los empresarios deben hacer frente a esta problemática, tienen que tener muy claro con qué tipo de cliente están tratando y cómo le va a pedir el pago de la deuda. Existen diferentes grados de morosidad y a esos efectos debe ajustarse la petición del pago. En primera instancia, podría tratarse en un cliente olvidadizo o que está pasando puntualmente por alguna dificultad y si la petición de pago se realiza bruscamente, podemos perder a un buen cliente y complicar el cobro.

Así, deberíamos seguir unas pautas para que ellos solos se coloquen en la posición que se ajusten a su propio grado de morosidad. Comenzamos, por tanto, suponiendo que es un olvido y tratamos amablemente de recordarlo. Si el cliente no se da por aludido, se realiza un requerimiento formal dando seriedad a este asunto. Si aun así no da respuesta, podemos recurrir a un servicio de cobro a morosos, pero siempre que sea posible es mejor evitar estos servicios que suelen ser bastante violentos y solo se usará en caso de tener claro que el cliente ya está perdido, no paga porque no quiere y, además, no responde con educación a los intentos de cobro por parte de nuestra empresa. Por último, solo quedaría recurrir a la justicia.

El juicio monitorio no requiere abogado ni procurador y puede recurrirse siempre que se trate de una reclamación de deudas monetarias, que hayan vencido, y que se acompañe de una documentación suficiente que lo avale. Si se admite la solicitud, el Juez concede 20 días al moroso para que abone la deuda o demuestre por qué no debe hacerlo. Transcurrido ese plazo, si se abona la deuda, el proceso queda cerrado, pero si no se hace ni se dan motivos por escrito para no hacerlo, el Juez podrá obligar al deudor a pagar forzosamente, recurriendo al embargo de sus bienes si es necesario.

Cuando haya oposición del deudor tras presentar la demanda de monitorio, y siempre que la cuantía de lo reclamado sea superior a 2.000 €, habrá que recurrir a los servicios de abogado y procurador. El Juez señalaría fecha para celebrarse juicio, al que deben acudir las partes con las pruebas correspondientes. En caso de que la deuda sea superior a 6.000 €, no sólo hay que contar con tales profesionales, sino que habrá que presentar otro escrito de demanda con la forma que la Ley establece para las demandas de juicio ordinario. Si no se presentase por el demandante, se desestimaría su pretensión y se le impondrían las costas del procedimiento.

Para conocer en profundidad los detalles del antes, durante y después de este tipo de juicios, recomendamos encarecidamente visitar la página reseñada en el anterior enlace. Además, dentro de la web monitoriosnotariales.es se da una explicación de esta interesante figura que permite obtener un título ejecutivo sin necesidad de acudir al juzgado.

Este proceso monitorio se introdujo en la Ley de Enjuiciamiento Civil 1/ 2000, de 7 de Enero, artículos 812 a 818, legislado para tratar de agilizar y dinamizar la reclamación de cantidades en vía judicial que no superen las cantidades mencionadas. Contar con información actualizada, como la que te ofrece la web monitorionitoriosnotariales.es experta en procedimiento monitorio, y un buen abogado, como los que conforman el equipo de Icired, que sepa enfrentarse con solvencia a estos casos, es fundamental para agilizar estas reclamaciones.