Repsol ha presentado hoy su hoja de ruta para los próximos cinco años, un periodo en el que prevé vender activos por 6.200 millones de euros, recortar las inversiones y ahorrar costes con el compromiso de mantener el dividendo y reducir deuda en un contexto de bajos precios del crudo.

El mercado esperaba conocer hoy cómo va a afrontar la petrolera los próximos cinco años tras la compra de la canadiense Talisman y con unos precios del petróleo que han castigado su cotización en los últimos meses y han puesto sus calificaciones crediticias en el punto de mira.

En este contexto, Repsol ha dibujado tres ejes de un plan estratégico, titulado "Valor y Resiliencia", con el que espera terminar el periodo con un resultado bruto de explotación (Ebitda) ajustado de 11.500 millones de euros, el doble que ahora, y una deuda en el entorno de los 8.000 millones de euros frente a los 14.000 actuales.

El plan pasa por una reducción de plantilla del 6 % -unos 1.500 empleados- en tres años, que se realizará de "manera responsable".

Repsol, que ha diseñado todo el plan con un escenario "ácido", con el barril de crudo a 50 dólares hasta 2020, espera generar 10.000 millones de euros de caja para dividendos y deuda, cifra que se eleva a 20.000 millones en un escenario base con el crudo entre 65 dólares y 91,8 dólares.

El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, ha sido el encargado de presentar dicho plan.

Imaz en una rueda de prensa ha defendido la compra de la petrolera canadiense Talisman, que se hizo dice, como deben hacerse las inversiones, en un momento "contracíclico" y que ha permitido a la compañía convertir el riesgo en oportunidades de crecimiento y afrontar este nuevo plan con la flexibilidad necesaria para gestionar sus inversiones.

Las acciones de Repsol, que habían empezado la sesión con subidas, han terminado la jornada en 11,64 euros, tras caer un 4,28 %, el segundo mayor descenso del Ibex 35.