La fuerte dependencia de Canarias de las importaciones de bienes y servicios hace necesario contar con sectores que contribuyan a compensar este desequilibrio. Entre ellos, destaca el del plátano en Canarias, uno de los pocos que ayuda a nivelar esta situación y que, además, produce un efecto general sobre la economía del Archipiélago con un impacto muy significativo.

La producción de plátano, que incluye cultivo y empaquetado, es la actividad con la mayor contribución al valor de la producción final agrícola y, aunque es menos intensivo en mano de obra que otros cultivos de exportación, es en estos momentos la actividad agraria que más empleo directo genera si se tiene en cuenta el promedio anual de empleos equivalentes a tiempo completo.

Con una superficie de 9.100 hectáreas de cultivo, repartida en un total de cinco islas, genera un mínimo de 7.500 empleos directos a tiempo completo, incluyendo cultivo y empaquetado, lo que le convierte en el responsable de la generación de al menos el 1% del total de empleo registrado en Canarias. Así, la remuneración de las empresas del plátano a sus trabajadores supera los 150 millones de euros anuales.

Además del impacto en el empleo, hay que tener en cuenta su repercusión en la actividad exportadora, en donde concentra el 67% de los envíos del sector primario de las Islas. Esto se traduce en la comercialización de 375 millones de kilos de plátano anuales, de los que 330.000 van a parar al el mercado peninsular. Esta media ha sido además sostenida durante los últimos veinte años.

El mantenimiento de estas cifras, explica el presidente de la Asociación de Organizaciones de Productores de Plátano de Canarias (Asprocan), Santiago Rodríguez, "es fruto del esfuerzo que el sector ha hecho por mejorar la competitividad para hacer frente a la fuerte competencia que ejerce la banana con la creciente reducción de aranceles a la importación de este producto procedente de terceros países en un ámbito extraeuropeo".

En este sentido, señala Rodríguez, "se han realizado diferentes acciones que han sido posibles gracias a un encomiable esfuerzo de organización y unidad del sector y al refuerzo del papel de las organizaciones de productores. Esto ha permitido trabajar intensamente en la demanda de Plátano de Canarias en toda España a través de una marca colectiva al consumidor y de campañas publicitarias, así como acciones comunes para la calidad del producto y la protección de los agricultores plataneros".

Asimismo, añade, "se ha priorizado la defensa del cultivo como una actividad responsable y comprometida con el medio ambiente, con importantes logros como la consecución de la primera certificación de huella del carbono para todo un sector productivo en España y la obtención de la Identificación Geográfica Protegida Plátano de Canarias. Esto permite que la producción canaria cuente con el aval de un sello de calidad de la Unión Europea garantía de origen y un cuidado proceso de producción que no tiene ningún otro plátano o banana del mundo".