El presidente de Banco Sabadell, Josep Oliu, urgió ayer a que la reforma fiscal que está preparando el Gobierno central abogue por aumentar la fiscalidad del consumo y reducir la fiscalidad directa para evitar desincentivos al progreso, a la vez que disminuya el gasto público de una manera contundente.

"La reforma fiscal se ha de hacer desde una manera racional y económica", afirmó durante una conferencia en la Cámara de Comercio e Industria de Sabadell (Barcelona) sobre perspectivas económicas para el 2014.

Oliu recordó que durante la crisis la presión fiscal en España ha bajado del 45% al 38%, al mismo tiempo que existe un "sentimiento de ahogo fiscal" por parte de la sociedad, lo que es un problema porque no ha provocado un aumento de los ingresos fiscales y una disminución de los gastos.

Por ello, el presidente de Banco Sabadell apostó por situar el "límite del Estado del Bienestar allí donde es sostenible", aunque reconoce que es políticamente complicado pero es lo que Europa espera de España para conseguir la consolidación fiscal en 2016.

Para Oliu, la reforma fiscal debe ir acompañada, además de esfuerzos adicionales en el ámbito laboral, de una reforma del sistema de financiación autonómico, que se debe abordar, dijo, "de manera valiente" y frontal. "La no reforma del sistema de financiación autonómica nos está llevando a consecuencias políticas poco agraciadas", criticó Oliu, quien cree necesario y fundamental plantear esta reforma este año o el que viene.

Oliu también espera que este 2014 sea el año del "inicio del retorno a la normalidad" económica, tras una crisis, dijo, que ha sido como un tsunami y que requiere ahora de paliar sus efectos.