Once años después de la puesta en circulación del euro, la histórica peseta aún sobrevive en algunos comercios españoles que, en época de crisis, han decidido recuperarla como forma alternativa de pago en un intento por atraer la atención del público e impulsar sus ventas.

Según los datos provisionales publicados este viernes por el Banco de España, los españoles conservaban aún sin canjear casi 1.677 millones de euros en monedas y billetes de pesetas a finales de noviembre, casi un millón de euros menos que un mes antes. Varios de los comerciantes que han dado una nueva vida a la antigua moneda han confesado que son pocos los clientes que la utilizan, aunque coinciden en que la reacción es positiva al permitir emplear monedas y billetes que ya solo pueden canjearse por euros en las sucursales del Banco de España.

Fernando Losada, de la madrileña Papelería Losada, asegura que la mayoría es "gente mayor", nostálgicos de la peseta, aunque también hay niños que rompen sus huchas y encuentran viejas monedas. No obstante, este comercio no cobra en pesetas más que una o dos veces por semana.

Losada, uno de los pioneros de la reintroducción, en 2007, de la peseta en su negocio tras su sustitución por el euro, guarda un buen número de anécdotas recogidas a lo largo de estos años: "Una vez vino a pagar alguien con un fajo de billetes de 100 pesetas", recuerda.

No es el único fanático de la antigua divisa: Pedro Ramallo, creador de "Gemelos a Peseta", fabrica a mano estos complementos, los personaliza con monedas de peseta y permite utilizarlas como forma de pago, porque "la gente le tiene mucho cariño -asegura- y llevarlas en los gemelos hace gracia y suele llamar la atención".

Mención aparte merece también el municipio de El Álamo (Madrid), donde el Ayuntamiento promovió en 2012 una campaña de pago en pesetas para potenciar el pequeño comercio, y en el que tres establecimientos mantienen esa posibilidad: una droguería, un bazar y una mercería.

El presidente de la asociación de comerciantes y propietario de uno de esos establecimientos, Juan Luis Benito, rememora que la iniciativa fue todo un éxito, y no solo al nivel municipal: "Nos desbordamos, vino incluso una televisión mexicana a hacernos un reportaje".

Y aunque con el paso de los meses cada vez son menos quienes pagan en pesetas -Benito calcula que no pasa de las 2.500 pesetas (15 euros) al mes de recaudación-, defiende que ofrecer esta posibilidad sirve para "potenciar el comercio" y diferenciarse del resto de establecimientos. "Es una forma de que la gente se fije en nuestro escaparate", apunta Meyer Zafrany, encargado de Hidelasa, un establecimiento de productos ortopédicos donde hace seis meses decidieron ofrecer una salida a los antiguos billetes que la gente "encuentra por casualidad".

Similares son los argumentos de Paloma Jareño, responsable de las tiendas de bombones y pasteles "Fantasía de Chocolate". "Queríamos innovar -dice- y decidimos aceptar pesetas porque con la actual situación económica viene bien poder utilizar las monedas que guardábamos por nostalgia".

El adiós definitivo de la peseta no llegará hasta 2020. Mientras tanto, los billetes y monedas olvidados en abrigos y carteras podrán seguir cambiándose por euros en las sucursales del Banco de España o en alguno de esos pequeños comercios que aún conservan este guiño a la histórica moneda española.