La banca y los inversores extranjeros han renovado su confianza en España y cada vez centran más su mirada en el país para analizar y poder aprovechar alguna oportunidad, pese a que las entidades foráneas, en conjunto, han reducido sus beneficios.

Los bancos de fuera de la Unión Europea que operan en España lograron un beneficio de 40,7 millones en los nueve primeros meses, el 26 % menos que hace un años, según los datos publicados por la Asociación Española de Banca (AEB).

Al margen de esta caída, consecuencia principalmente de las pérdidas de Deutsche Bank, de 47,3 millones, otra entidad relevante como JP Morgan ha visto caer sus resultados hasta 17,3 millones, frente a 23,1 un año antes; otra de menor tamaño como Banco de la Nación Argentina también los redujo, hasta 273.000 euros.

Aún así, los inversores extranjeros confían en el potencial del país y siguen viendo que, de forma individual y a pesar de la actual debilidad económica, algunos bancos foráneos mejoran sus cuentas.

Ése es el caso del Bank of Tokyo, cuyo resultado hasta septiembre casi se ha triplicado hasta llegar a 29,7 millones, desde 11,6 del mismo periodo de 2012; pero también ha tenido una muy buena evolución Credit Suisse, que ha ganado 7,3 millones, frente a 2,8 millones del año anterior.

Y no son las dos únicas entidades, puesto que Bank of America también ha visto incrementar sus ganancias en España, de 6,4 hasta 15,2 millones; Citibank, de 6 a 12,6; y Banco do Brasil, de 3,6 a 5,4 millones.

Quizá por eso los inversores extranjeros se han vuelto a ver atraídos por España y por su sistema financiero que, ahora, como consecuencia de la crisis y avanzada ya su reestructuración, ofrece nuevas oportunidades de negocio.

La última entidad extranjera que ha aumentado considerablemente su presencia en España ha sido el venezolano Banesco, que esta misma semana ha ganado la subasta de Novagalicia Banco, con una oferta de 1.003 millones de euros que pagará a plazos.

De esta manera, el primer banco privado de Venezuela, propiedad de una de las principales fortunas del país, se hizo con la entidad gallega y consiguió superar a la gran banca española -Santander, BBVA, CaixaBank- y a dos fondos de inversión extranjeros que habían presentado ofertas en firme por Novagalicia.

Otra familia de magnates, en este caso la mexicana Del Valle, junto a empresarios del país azteca han apostado por la banca española y han anunciado que invertirán 450 millones para hacerse con un 6 % del Banco Popular.

La entidad española ha aprovechado para adquirir por 97 millones de euros un 25 % del grupo financiero mexicano BX, propiedad de la familia Del Valle, sus nuevos socios.

Pero no es un caso aislado, puesto que a principios de septiembre otros inversores latinoamericanos apostaron por el Banco Sabadell que anunció una ampliación de capital de hasta 1.400 millones para dar entrada en su accionariado a dos fortunas latinoamericanas.

Las previsiones de los expertos son que la inversión extranjera seguirá creciendo, pues en un informe publicado ya en octubre, el banco estadounidense Citigroup destacaba el interés entre "cientos" de fondos de inversión por hacerse con activos de la banca española.

Un mes antes, Novagalicia acordaba la venta de EVO Banco al fondo estadounidense Apollo por 60 millones, en tanto que el Banco Popular acordó la venta de la gestión de su negocio inmobiliario a las firmas estadounidenses Värde Partners y Kennedy Wilson, los mismos inversores que compraron la inmobiliaria de Catalunya Caixa.

Justo esta semana, el propio secretario general de la Asociación Española de Banca (AEB), Pedro Pablo Villasante, aseguró que la banca extranjera tiene un papel en España, y lamentó que en un primer momento, al inicio de la reestructuración, las entidades internacionales no se hayan animado a invertir en el país.